Enrique Barón tacha de "marbellí" la expansión por Europa del gigante E.ONbruselas. "Tengo la impresión de que tiene su lógica", aseguró Enrique Barón, jefe de filas de los socialistas españoles en el Parlamento Europeo, durante una cena con la prensa acreditada en Bruselas. Barón se refería a la intervención proteccionista del Gobierno italiano. Roma se opone a la fusión entre la empresa española de gestión de autopistas Abertis y su homóloga italiana Autostrade, pese a que la competencia exclusiva para determinar si la operación es legal recae en la Comisión Europea."En Italia, el problema básico es cómo se ha realizado la privatización de las autopistas", explicó el político antes de puntualizar que lo que preocupa al Ejecutivo presidido por Romano Prodi es cómo Benetton vaya a invertir las plusvalías ganadas con la operación, y si se van a garantizar las inversiones necesarias. "No se trata de una actitud antiespañola. Puede ser razonable desde la lógica del desarrollo de la red de autopistas, que es fundamental", apostilló.La batalla energéticaBarón también justificó los obstáculos con los que el Gobierno español está intentando evitar que la empresa alemana E.ON controle la española Endesa. El antiguo ministro de Felipe González y primer presidente español del Parlamento Europeo subrayó que la fusión mediante la que E.ON y Ruhrgas se convirtieron en un gigante continental se hizo en contra de la opinión de las autoridades de defensa de la competencia germanas, obviadas por el Gobierno de Gerhard Schroeder, el antiguo canciller socialdemócrata. Barón calificó la actitud de E.ON de "marbellí", por "ir comprando todo lo que puede", y criticó que disfrute de un blindaje que rompre el equilibrio en el mercado. Aseguró que "en Alemania hay movimientos ciudadanos de protesta contra los precios" de E.ON; y lamentó que Gas Natural no se hubiese "animado a hacer una oferta un poco más generosa, porque no se paga sólo con papeles".Eso sí, admitió que durante la defensa de Endesa emprendida por las autoridades españolas y la imposición de condiciones a E.ON por la Comisión Nacional de la Energía (CNE) para restar atractivo a la concentración, "en algún momento no se tuvo en cuenta la legislación comunitaria".