Nació en 1948 en Jumilla donde su familia tenía una pequeña bodega. Empezó arquitectura en Madrid, pero a los 19 años lo dejó para incorporarse a aquel negocio que pronto transformó en un gigante. Su vocación por el vino -lanzó el primero envasado en brik con Don Simón-, la innovación, la diversificación y el trabajo le ayudaron a que aquella bodega fuera lo que es hoy: la primera de Europa y la cuarta del mundo. José García Carrión quiere doblar el tamaño de su compañía -presente ya en los cinco continentes- antes de 2020, seguir con la plantación de frutas tropicales, como la piña, en el sureste español para hacer zumos, y no descartar la compra de alguna bodega extranjera.