Ningún sector queda al margen de la transformación que marcan los nuevos tiempos y los nuevos modos de generar negocio. En el campo de las finanzas, la revolución fintech -la nueva forma de concebir la banca a través de la tecnología- está impulsando a las entidades a encarar dos mundos: el tradicional y el digital. Estos cambios no sólo afectan a las tecnologías de la entidad, sino también a la organización, la sistemática comercial, los productos y servicios. Según constatan los expertos de Tecnocom, compañía dedicada a las tecnologías de la información (TIC), “los consumidores están adoptando de forma rápida las nuevas tecnologías, lo que a su vez genera un cambio en los modelos de relación cliente-proveedor y modelos de trabajo”. Las nuevas tecnologías han empujado a una posición en la que es él el que marca las pautas de cómo quiere relacionarse con los proveedores de servicios. Para Mario Yañez, responsable del desarrollo de soluciones de Banca de Tecnocom, hay varios factores a tener en cuenta en esa transformación digital del sistema financiero: “El primero es la digitalización, poder convertir nuestros procesos, nuestra organización o reconvertirlos para poder funcionar de una manera virtual, digital y automatizada. El segundo, tenemos que considerar el concepto de omnicanalidad y estar presente en todos los canales. Y en tercer lugar, el modelo relacional, la forma de conocer y relacionarnos con nuestros clientes. Para ello es muy importante la analítica y considerar que estos tres factores son el ADN de estos nuevos jugadores, ADN que una entidad tiene que ser capaz de incorporar a su forma de vida, a su forma de trabajo y a su forma de operar”. Un nuevo rumbo La combinación de servicios financieros y nuevas tecnologías está provocando un cambio de rumbo irreversible en el sector. “Al igual que en otros sectores en el pasado -señala Yañez-, la industria financiera está viviendo su particular momento Napster. “La cuestión es saber si es necesario transformar completamente la banca. Hoy la realidad es que la mayoría de los clientes de las entidades no son digitales, pero es necesario atender a los millennials y a los clientes del futuro. Estos segmentos, aun siendo minoritarios actualmente, son los que van a marcar las pautas en los próximos años”. Como indica este experto, en un futuro inmediato tenemos que trabajar para poder establecer esos procesos con otras compañías, con otras entidades, con otros sectores industriales que en unos casos serán nuestros enemigos y en otros casos serán nuestros colaboradores. “Esto es algo que las entidades financieras tendrán que admitir como parte y como norma del juego. Lógicamente, al abrir la puerta a los procesos, al establecer modelos de cooperación y de relación con otros entornos industriales, la seguridad se convierte en un factor crítico”, explica Yañez. Según este experto de Tecnocom, el sector encara un desafío que pasa por aplicar varias pautas: ir a un modelo que facilite la entrada de conocimiento tecnológico, establecer nuevos modelos de alianzas con nuevos socios, definir los valores realmente diferenciadores y focalizarse en el cliente, que se sitúa en el centro de todo.