Como antiguo secretario de Estado de Economía intentará convencer al Gobierno de que suba los impuestos mínimosMADRID. Fichaje estrella de Philip Morris. La tabacalera norteamericana, propietaria de marcas como Marlboro, L&M y Chesterfield, ha contratado en calidad de consultor a Pedro Pérez, antiguo secretario de Estado de Economía con Carlos Solchaga y presidente de Tabacalera entre 1993 y 1996. Amigo personal de la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, y con importantes apoyos dentro del Ejecutivo, Pérez intentó hace dos años hacerse con el control de Aldeasa, la cadena de tiendas en los aeropuertos, que acabó en manos de Altadis y Autogrill. Presidente actualmente de Itinere, la filial de autopistas de Sacyr, su misión en Philip Morris será intentar convencer al Gobierno de la necesidad de subir el impuesto mínimo que grava a los cigarrillos.En enero se aprobó una tasa de 55 euros por cada mil unidades, pero no ha sido suficiente para acabar con la guerra de precios que golpea al mercado. Altadis y Philip Morris están sufriendo una fuerte caída de sus beneficios e intentan que el Ejecutivo incremente ese impuesto por lo menos hasta 66 euros para que no se venda tabaco por debajo de 2 euros cada cajetilla.ContactosPérez, que ha mantenido ya los primeros contactos con los responsables de Hacienda, ha trasladado al Gobierno la idea de que ésta es la única medida para evitar que se sigan vendiendo marcas como Pall Mall o JPS a 1,85 euros por cajetilla. A comienzos de año llegaron a aparecer incluso marcas como American House o Desert mucho más baratas, pero ya han desaparecido y no se pueden encontrar en los estancos. La filial española de Philip Morris redujo su beneficio el año pasado un 2,6 por ciento, hasta 51,3 millones de euros. Y aunque sus ventas siguen creciendo -un 7,5 por ciento más que en el último ejercicio-, la compañía no logra enderezar el rumbo. Los pedidos siguen reduciéndose y su cuota de mercado ha caído tres puntos en el primer semestre, hasta el 31,6 por ciento. El problema es tal que a la tabacalera no le ha quedado otro remedio que lanzar el pasado julio una nueva variante de Marlboro a 2,50 euros, 25 céntimos más barata que la tradicional, para intentar recuperar cuota de mercado y presionar, además, al Gobierno.La tarea de Pedro Pérez no será, sin embargo, nada fácil. Aunque el vicepresidente económico del Gobierno, Pedro Solbes, parece dispuesto a subir los impuestos al tabaco, todavía no se sabe si lo hará a través de un incremento de la tasa mínima. Uno de los grandes problemas es la fuerte división de la industria. Philip Morris y Altadis defienden la subida, pero el resto se opone radicalmente.