La nueva normativa obliga a tasar más de 500.000 activos en quince mesesAunque el presidente de la Sareb, Jaime Echegoyen, asegurara hace meses que la sociedad ya estaba cerca de dar beneficios, la nueva normativa contable impuesta por el Banco de España aboca al banco malo a las pérdidas en los próximos ejercicios. La circular del supervisor, publicada ayer en el BOE, obliga a la Sareb a tasar periódicamente todos sus activos para valorarlos a precios de mercado. En total deberá hacer una valoración individualizada de unos 100.000 inmuebles propios, 70.000 préstamos y 400.000 garantías asociadas a éstos. Un trabajo titánico que se ha ido adelantando meses atrás, lo que posibilitará que, según fuentes de la Sareb, se cumpla el plazo dado para final de 2015, cuando se tiene que tener tasado por valor la mitad de los activos. La otra mitad deberá estar lista al cierre de 2016. El coste para la Sareb de esta macrotasacion será de 25 millones de euros hasta 2017. Esto supone un cambio contable que tendrá importantes repercusiones en las cuentas y en el balance de la Sareb. En el nacimiento de la sociedad, se atendía al criterio del valor de la transmisión del activo, como el porcentaje sobre el valor en libros que reconocía cada caja de ahorros o banco que cedía sus activos a la Sareb. A partir de ahora, se atenderá al valor del mercado, lo que supondrá en la práctica provisionar las minusvalías latentes detectadas. La Sareb, que llevaba cerca de dos años esperando la circular del Banco de España, ya ha realizado en los últimos dos ejercicios cerrados algunos saneamientos siguiendo las indicaciones del supervisor. Así, en 2013 provisionó, al valorarlos a cero euros, créditos sindicados por 259 millones. En 2014, además de destinar otros 91 millones a estos créditos, se dotó con 628 millones los préstamos sin garantía impagados procedentes de empresas en concurso. En total, 978 millones destinados a cubrir el deterioro de los activos más débiles y que provocó que la Sareb duplicara pérdidas en 2014, hasta 585 millones, pese a que los ingresos crecieran ese año un 23 por ciento. El impacto de los requerimientos conocidos ayer en las cuentas aún está por ver, aunque Echegoyen descarta que se precise una ampliación de capital. "Sareb dispone de 3.600 millones de euros en deuda subordinada, cifra más que suficiente para afrontar las nuevas necesidades de saneamientos que se pudieran producir sin recurrir a nuevas aportaciones de los accionistas", explicó el presidente de la compañía en un comunicado. Los criterios de contabilidad aplicables a la Sareb permitirán que en la nueva valoración de los activos se compensen minusvalías con plusvalías, siempre que pertenezcan a una misma categoría. Pero una vez obtenido el saldo de cada clase de activos, por razones de prudencia contable, ya no se permitirá compensación alguna. El que no se tenga que acudir a una ampliación de capital no quiere decir que no tenga repercusión en el plan de negocio de la Sareb, que ha debido ser revisado una y otra vez para adecuarse a las circunstancias. Por otro lado, la veintena de bancos, aseguradoras y empresas que controlan el 55 por ciento de la Sareb y el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob), que tiene el otro 45 por ciento, verán cómo la rentabilidad prometida se esfuma. El cupón del 8 por ciento de la deuda subordinada suscrita por todos ellos ya no se cobrará en años. Primero, porque el pago depende de que haya beneficios suficientes y, segundo, porque parte de ella se convertirá en capital para poder cubrir las dotaciones, por lo que la rentabilidad de la inversión, cuando la haya, será menor.