Según estimaciones del Fondo, de esa cantidad Europa debería aportar 36.000 millones de eurosAtenas necesitaría que la ayuda sea a interés bajo, vencimientos largos y periodo de gracia de 20 añosAunque la mora de Grecia con el Fondo Monetario Internacional congela cualquier apoyo financiero al país heleno, la institución puede continuar diagnosticando el estado de la economía del país e, incluso, ofrecer ayuda técnica. En este sentido, la entidad echó ayer más leña al fuego al afirmar que Grecia necesitará una extensión de sus préstamos con la Unión Europea y una quita considerable de su deuda si la economía continúa creciendo menos de lo previsto y las reformas económicas no se implementan. "Los cambios significativos en la política y en las perspectivas desde principios de este año se han traducido en un aumento sustancial de las necesidades de financiación", justificaban desde el organismo internacional. Unas incendiarias conclusiones con las que la entidad capitaneada por Christine Lagarde tensa aún más las relaciones entre el Ejecutivo de Alexis Tsipras y sus homólogos europeos. A sólo tres días del referéndum, los técnicos de la institución consideran que el país requerirá alrededor de 52.000 millones de euros en financiación adicional durante los próximos tres años, además de una quita a gran escala de su deuda, para "dar un respiro" a su situación actual y estabilizar así su economía. "La necesidad de financiación a 3 años a partir de octubre de 2015 hasta diciembre de 2018 ascienden a alrededor de 52.000 millones de euros", aseguran desde el Fondo. Esta cifra incluye, entre otros menesteres, la necesidad de reconstituir el colchón a los bancos, a la espera de una evaluación integral de las necesidades de capital, en vista de los altos niveles de morosidad dentro del sector bancario. Según el FMI, de la cantidad total estimada, Europa debería aportar alrededor de 36.000 millones de euros. Una deuda insostenible Pese a que Lagarde incidió a última hora del miércoles, en una entrevista con la agencia Reuters, que antes de hablar de alivios de deuda, Grecia debía reformar, los funcionarios del Fondo dejaron claro en su borrador provisional del informe sobre la deuda helena que ésta es insostenible. "Es poco probable que Grecia sea capaz de cerrar estas brechas de financiación en los mercados mediante condiciones compatibles con la sostenibilidad de la deuda", afirmaron desde Washington los tecnócratas de la organización. Al respecto, aclararon que la cuestión clave en estos momentos es que la deuda pública no puede migrar de nuevo al balance general del sector privado a una tasa compatible con la sostenibilidad hasta que la ratio de deuda con respecto al PIB sea mucho mucho menor, algo que, a su vez, debería reducir su prima de riesgo. Bajo estas circunstancias parece imprescindible, si realmente se quiere intentar lograr una estabilización de la deuda helena, que los estados miembros de la zona del euro proporcionen recursos adicionales con condiciones muy favorables. ¿Qué quiere decir esto?Básicamente esta nueva ayuda, dentro de un tercer programa de rescate, debería contar con tasas de interés similares a los de un país con una calificación crediticia AAA, la máxima en el escalafón de las agencias de calificación, vencimientos largos y períodos de gracia de hasta 20 años, para cubrir así plenamente las necesidades de financiación hasta finales de 2018. Si se cumplieran estos términos, la devolución de estas ayudas no llegarían hasta 2055. El documento presentado reconoce que incluso aunque Grecia pudiera garantizar esta financiación hasta finales de 2018, "la deuda seguirá siendo muy alta durante décadas y altamente vulnerable a crisis". "Suponiendo que la financiación oficial (en condiciones favorables) llega hasta finales de 2018, la relación deuda-PIB se estima en alrededor del 150 por ciento en 2020, y cerca de 140 por ciento en 2022", señaló el Fondo en su análisis. Además indicó que si se usasen como referencia los umbrales acordados en noviembre de 2012, sería necesario una quita de la deuda de más del 30 por ciento del PIB para poder cumplir con los objetivos de deuda previstos por aquel entonces. Desde Washington, donde se asienta la sede del FMI, aclararon que las conclusiones de su informe "no han sido respaldadas por otras partes incluidas en las negociaciones políticas", algo que deja entreveer las tensiones entre la institución y sus compañeros dentro de la troika, donde también se incluye a la Comisión Europea y el Banco Central Europeo, a la hora de acercar posiciones sobre una posible quita o reestructuración de deuda en Grecia. Cabe recordar que tradicionalmente el Fondo ha considerado el alivio de la deuda como una parte integral de cualquier paquete de ayuda para mejorar las perspectivas económicas de un país, pero en el caso heleno se ha encontrado con la resistencia de los gobiernos europeos, que temen que dicho coste acabe incidiendo en sus propios contribuyentes.