La sesión estuvo marcada por la baja liquidez ante los festivos de Europa y EEUUTres factores se juntaron ayer en España para hacer de la renta fija un campo minado. El primero fue la fragmentación política que salió de las urnas el domingo y que pasó factura a la deuda española hasta el punto de elevar la rentabilidad del bono español por encima del italiano, hasta el 1,837 por ciento. Un escenario de división que recuerda a la que sufrió Italia hasta 2013 y que provocó un severo castigo de los mercados al país. En segundo lugar repitió la crisis griega, que sigue golpeando a la eurozona con la amenaza de impago de los 1.600 millones de euros que tiene que pagar al FMI en junio. El primer vencimiento, de 300 millones de euros la próxima semana, pone sobre la mesa la primera fecha clave: el 5 de junio. El temor al impago mantuvo al bono heleno a 2 años a por encima del 23 por ciento de rentabilidad y contagió al resto de la eurozona, en especial a la periferia. Por si fuera poco, un tercer problema: la baja liquidez de los mercados en un día que fue festivo en Alemania, Reino Unido y Estados Unidos. Este escenario provocó que las ventas de bonos en la eurozona elevasen más volatilidad ante el bajo nivel de operaciones. La baja liquidez también pasó factura a la bolsa. La bolsa española, por ejemplo, vivió la sesión con menor volumen de negociación desde los festivos de Navidad. La prima de riesgo cerró la sesión en los 123 puntos básicos, sin embargo, durante la sesión llegó a superar los 128 puntos básicos, con lo que llevó al riesgo país a adelantar al italiano por primera vez en más de dos meses. Desde la campaña para las Elecciones en Andalucía no se había vuelto a ver este escenario. Sin embargo, los movimientos del mercado se produjeron con poco volumen y al cierre de la sesión, la prima española consiguió eliminar este diferencial. Desde el 13 de mayo, el bono español no había superado la rentabilidad del título italiano. La diferencia entre estos dos momentos es que, hace dos meses, las rentabilidades de la deuda de la eurozona estaban en mínimos históricos, gracias a los estímulos del Banco Central Europeo (BCE) y ayer, después de la volatilidad que sufrió el mercado de deuda en las últimas semanas, las rentabilidades están 80 puntos básicos por encima. Grecia y el eterno desenlace El bono español subió hasta el 1,837 por ciento, pero la jornada fue peor en Portugal. La rentabilidad del título luso a 10 años escaló en el mercado secundario 41 puntos básicos, hasta el 2,8 por ciento. Tampoco ayudaron mucho las cifras de compras de deuda que publicó ayer el BCE de la semana pasada. Durante los cinco días compró 11.819 millones de deuda pública, por debajo de los 13.600 millones de las dos semanas anteriores. De momento no hay rastro del adelanto de las adquisiciones que advirtió la entidad la semana pasada, a la espera de ver qué ocurre en las próximas sesiones.