El Ayuntamiento madrileño quiere que se destine a las infraestructuras de la zonamadrid. El proyecto urbanístico denominado Operación Chamartín, que afecta a unos 3 millones de metros cuadrados cercanos a la estación ferroviaria del mismo nombre, puede encontrar un nuevo escollo en el Ayuntamiento madrileño. La concejalía de urbanismo sólo está dispuesta a dar su aprobación si Duch (Desarrollo Urbanístico de Chamartín), la empresa encargada de su desarrollo, destina el 50 por ciento de las plusvalías de la operación a pagar las infraestructuras necesarias de la zona afectada. Si no se llega a un acuerdo dentro de este mes, la operación, que lleva durmiendo más de 13 años, puede volver a paralizarse. En el Ayuntamiento, según fuentes cercanas a la operación, se muestran firmes en su postura y afirman que si la Operación Chamartín no contempla sus condiciones, el proyecto "no sale".El plan urbanístico parecía que había encontrado una vía para su desbloqueo tras el acuerdo alcanzado con el Ministerio de Fomento. Duch, en la que BBVA tiene el 72,5 por ciento del capital, entregaría un canon fijo de 1.200 millones al departamento de Magdalena Álvarez, dinero que se emplearía en inversiones ferroviarias.Pero no es una, sino tres administraciones las que se tienen que poner de acuerdo. La Comunidad exige que el mayor proyecto urbanístico de Europa asegure "la movilidad de los ciudadanos madrileños", también a cargo de las plusvalías, y el Ayuntamiento, ese porcentaje destinado a infraestructuras. El argumento que usa la concejalía de Urbanismo es que ese 50 por ciento de las plusvalías fue lo pactado en 2004, cuando el fatídico 11-M frustó el entendimiento al que habían llegado Ministerio, Comunidad y Ayuntamiento.Las plusvalías de la Operación Chamartín pueden llegar a 9.000 millones de euros, si bien sería un grupo de trabajo de las tres administraciones implicadas el que fijaría la cantidad exacta si el proyecto arrancara definitivamente.Pero un eventual acuerdo entre el Ayuntamiento y Duch no acabaría con todas las dificultades. Conflicto con los reversionistasÁun queda pendiente el conflicto con los reversionistas (aquellos que fueron expropiados en los años cuarenta). Según la asociación que recoge las peticiones de los antiguos dueños de más de 800.000 metros cuadrados, los derechos del suelo les siguen perteneciendo a ellos. Reclaman el derecho de reversión (que se genera cuando cambia el uso que justificó la expropiación). Además de tener abierta la línea judicial para reclamar este derecho, la asociación sigue con la idea de crear una sociedad competidora de Duch, que agruparía sus derechos del suelo y presentaría un plan urbanístico alternativo al de la empresa que controla BBVA. En las últimas semanas se han intensificado los contactos con entidades financieras, constructoras e inmobiliarias interesadas en participar en este proyecto.