Alienta las fusiones para ahorrar costes con ofensivas comerciales globalesLa banca encara un entorno tan desafiante por la competencia en auge, con tipos de interés exiguos y con las economías aún a bajos ritmos de crecimiento, que el Banco Central Europeo (BCE) está persuadido de que deben aprovechar las ocasiones ofrecidas por la Unión Bancaria y el Mecanismo de Supervisión Común, que fijará tabla rasa en la vigilancia de la solvencia. Las claves, apuntadas por el miembro del consejero ejecutivo del BCE, Yves Mersch en una jornada reciente, pasan por empujar la consolidación y poner en marcha estrategias paneuropeas, con lanzamientos de ofensivas comerciales únicas, que les podrían dar acceso a bases de clientes más diversificadas, al tiempo que ayudan a ahorrar dinero en inversión, innovación y "optimizar el uso del capital y la liquidez". Mersch sostuvo en la jornada Economist Future of Banking Summit organizada en París que el complejo escenario obliga a ser eficiente, y el ahorro de costes tiene un límite porque si compromete la innovación arriesgan la fidelidad de clientes que cada vez solicitan mayor atención a través de canales no convencionales -prefieren internet, banca móvil, etc-. Un camino, sugiere, para beneficiarse de la racionalización, sin eludir la inversión tecnológica, es abrazar fusiones o adquisiciones, que mejoren la eficiencia con las economías de escala y el potencial ahorro en gastos generales y procesos informáticos. Los desafíos que dibuja para la industria financiera son tanto de cariz económico, como regulatorio y de reinvención o reconversión del sector. Para la banca es prioritario mejorar la baja rentabilidad, pero se hace difícil con la aún escasa reactivación económica, el escenario de bajos tipos en los que posiblemente se moverá Europa durante años y la necesidad de gestionar las abultadas carteras activos improductivos -créditos morosos y pisos adjudicados-, cuya salida se ralentiza mientras el consumo no empuje. Optimizar el capital Pero también debe acabar de adaptarse a la ola regulatoria. Según apunta Mersch, el futuro ratio de apalancamiento obligará a algunas entidades a tomar decisiones "difíciles" como decidir qué activos y líneas de negocio conservar, y reducir su tamaño, prescindiendo de otras, para optimizar el capital. El tercer lance son los cambios estructurales que se avecinan. No solo deberá adaptarse a un cliente más informado y que exige atención por canales no tradicionales, sino que las transacciones financieras atraen a otro tipo de rivales con menor regulación como son los prestamistas directos (crowlending), pasarelas de pago del estilo de Paypal, la "banca en la sombra" (fondos de pensiones, inversión o de deuda privada o gestoras de activos) y otras fórmulas que restarán espacio al crédito bancario tradicional. A juicio del ejecutivo del BCE la innovación exacerbará la competencia en créditos minoristas, abaratándolos para clientes, por lo que descarta fijar barreras de entrada para proteger a la banca. Su apuesta es que la consolidación les haga más eficientes para plantar cara y se refuercen. Alude a un estudio del informe del Banco Internacional de Pagos (BPI) para defender que los bancos con capital superior y mejores rentabilidades son los que más han prestado durante la crisis.