Moncloa intentó hasta el último momento que el ICO concediera un crédito de 150 millonesLa compañía tiene 4.500 millones de deuda y otros 1.200 millones en manos de acreedoresmadrid. Tras un Consejo de Administración de cinco horas, la cúpula de Martinsa-Fadesa aprobó ayer por unanimidad presentar el concurso de acreedores. Esta drástica medida supone una suspensión de pagos cercana a los 6.000 millones de euros, ya que la compañía tiene una deuda de unos 4.500 millones y en torno a otros 1.200 millones en manos de acreedores. La Caixa y Caja Madrid, con 1.000 millones cada uno, son los principales acreedores de la inmobiliaria. Se trata, por tanto, de un concurso de acreedores histórico, superior, incluso, a los presentados por Forum y Afinsa. No obstante, desde la compañía aseguran contar ya con un plan de viabilidad que, bajo la supervisión de los administradores concursales, se concentrará en intentar generar los ingresos mediante la venta de activos y la gestión del suelo. La compañía valora sus activos en 10.804 millones, de los cuales, más de la mitad corresponde a bolsas de suelo (6.624 millones). Tanto el presidente, Fernando Martín, como el resto de miembros del Consejo de Administración, continuarán desempeñando sus funciones. Esta decisión llega apenas dos semanas después de que un alto cargo del Instituto de Crédito Oficial (ICO) se pusiera en contacto con Martinsa-Fadesa para anunciarle que el crédito de 150 millones que había solicitado como apoyo a sus proyectos de internacionalización estaba en marcha. Pero la esperanza duró sólo unos días. El lunes, 7 de julio, se cumplió el plazo para desembolsar esta cantidad sin que el ICO diera una respuesta. Un día después, el consejero delegado de Martinsa-Fadesa, Carlos Vela, abandonó la compañía para volver a su antigua casa, Caja Madrid, y hacerse cargo de la salida a bolsa de Cibeles, el holding industrial de la entidad madrileña. Tres días más tarde, el viernes, la negativa del ICO a financiar a Martín saltó a la prensa y provocó que la cotización se desplomara un 33 por ciento. Ayer, hasta que la CNMV suspendió el valor, éste sumó otra caída del 24 por ciento. Fuentes consultadas por elEconomista aseguran que, para intentar evitar este drástico final, el pasado viernes, 11 de julio, un alto cargo de Moncloa telefoneó personalmente al presidente del ICO, Aurelio Martínez, para pedirle que concediera a Martinsa-Fadesa el crédito, pero éste mantuvo su negativa. El Instituto de Crédito Oficial, consultado por este periódico, declinó hacer declaraciones sobre posibles presiones de Moncloa, que tampoco quiso desmentir. La negativa del ICO a conceder el crédito desató un efecto dominó, cuya última consecuencia era el concurso de acreedores, como ha terminado ocurriendo. Dentro del plan de refinanciación de la deuda, Fernando Martín se había comprometido con sus 45 bancos acreedores a conseguir esta cantidad para fortalecer los fondos propios del grupo. Una operación de salvamento que esperaba completar con una ampliación de capital por 350 millones, que tenía previsto llevar a cabo después del verano. En medio de este debate sobre si el Gobierno debería salir en rescate de las inmobiliarias, Sebastián aplaudió ayer públicamente la decisión del Gobierno estadounidense de rescatar a las hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac (ver páginas 21 a 23), y aprovechó la oportunidad para recordar que "hasta los gobiernos más liberales, como el americano, intervienen en caso de apuros, lo cual es lógico, porque es compatible con el liberalismo".