El saldo vivo minoró un 6,6%, en 51.229 millones de euros, el pasado ejercicioEl regreso de las ofertas hipotecarias a los escaparates de la banca y el incipiente apetito comprador de pisos fue insuficiente en 2014 para compensar el repago de deuda y que esta cartera de financiación dejase de caer. Sin embargo, el ajuste se frenó a un desplome del 6,6 por ciento en el saldo vivo, el menor desde 2010, indicó la Asociación Hipotecaria Española (AHE). Las amortizaciones de deuda por parte de familias y empresas excedieron en 51.229 millones de euros al nuevo dinero prestado, aún cuando el nuevo préstamo fluyó a un ritmo del 20 por ciento. Se acorta, en todo caso, a la mitad el desfase previo, puesto que durante 2013 la casi inexistente oferta de hipotecas provocó un retroceso de 130.000 millones en el stock financiado. Desaparece un tercio En cinco años de crisis ha desaparecido un tercio del préstamo hipotecario. El saldo vivo se deslizó a 721.188 millones de euros al cierre del pasado ejercicio frente a los 1,09 billones record alcanzados en de 2009, aún cuando la quiebra protagonizada por Lehman Brothers el año previo había secado las grandes fuentes para captar los recursos que presta la banca: el interbancario y los mercados. Será en 2010 cuando el cerrojazo a la financiación para clientes comienza a pasar factura en el negocio y dos años después el saldo vivo se hundía un 12,91 por ciento. Buena parte del ajuste se explica por la transferencia de unos 50.000 millones en préstamos ligados al mundo inmobiliario a la Sareb para reparar y limpiar los balances de entidades receptoras de ayudas, dañados o en riesgo de ser dudosos en su inmensa mayoría. La situación de colapso y emergencia de la industria del ladrillo, a la que pinchazo de la burbuja cogió cargada de deudas, contribuyó a que desapareciese su préstamo. La AHE augura que en el frenazo actual del ajuste del stock estaría contribuyendo "unos menores volúmenes de amortización en el crédito a las actividades inmobiliarias y de la construcción". El cambio de tendencia está en marcha. La nueva disposición en favor de familias aumentó a ritmos del 20 por ciento el pasado año y, aún siendo importes "muy por debajo del escenario precrisis", la situación favorece el empuje: la morosidad ha flexionado a la baja, la reactivación económica anima a pensar que el fin del abaratamiento de los pisos estaría cerca, y la banca necesita volver a prestar porque es el negocio que más fideliza y deja margen a largo plazo. El desplome de los precios de las casas reduce la hipoteca media reportada por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) desde los 139.655 euros de 2008 a 99.838. En este periodo la cuota media de amortización ha caído de 850 a 500 euros, pese a que el diferencial del crédito es mayor, gracias también a que el euríbor está en mínimos.