Las provisiones para deterioros rozan los 300.000 millones en toda la crisisLa banca española sale poco a poco de la crisis. Ha logrado encauzar la situación y vuelve progresivamente hacia la normalización. Las entidades cosecharon el año pasado los mejores resultados desde 2009, pero todavía tienen un largo recorrido para alcanzar los beneficios anteriores al estallido de la burbuja inmobiliaria. En este camino encontrarán palancas para sustentar su recuperación. Una de ellas, que ya ha empezado a dar sus frutos, es la bajada de las provisiones para saneamientos. Las dotaciones todavía siguen siendo elevadas. Según los datos del Banco de España, que resaltaba hace unas semanas el profesor Joaquín Maudos en unas jornadas, consumen dos tercios de los ingresos netos. En concreto, el 62 por ciento del margen de explotación se destina a deterioros de activos crediticios e inmobiliarios, principalmente. Con la reactivación de la economía y la bajada del paro en los próximos ejercicios, el sector espera poder recuperar buena parte de los impagos y liberar las provisiones realizadas desde 2008, que rozan los 300.000 millones. Esta cifra supone el 29 por ciento del PIB español. A finales de los años noventa esta partida disparó los beneficios de las entidades, que durante la crisis del 93 tuvieron que hacer frente a un incremento sustancial de la morosidad. Entonces más del 70 por ciento de las ganancias de la banca provino de los créditos recobrados y de las provisiones salvadas. La situación, según fuentes del sector, se replicará a partir de ahora, pero con mayor intensidad, ya que la intensidad de la recesión y del deterioro que ha sufrido la banca ha sido muy superior. Comienza la mejoría La mejoría se ha empezado a notar. En 2013 las dotaciones se llevaban casi la totalidad de los ingresos y en 2012 nada menos que representaban un 376 por ciento de los mismos, es decir, el conjunto del sistema estaba en pérdidas millonarias, como consecuencia del saneamiento exigido por el Gobierno. Parte del sector se vio obligado a pedir ayudas públicas y nuestro país reclamó el rescate financiero a Europa. Las menores dotaciones, aunque todavía elevadas, la contención de los costes y las plusvalías por venta de carteras de deuda y activos productivos, han sido las palancas para que los bancos más solventes hayan sobrevivido a la crisis. A partir de ahora, se espera un repunte de la actividad. El crédito, según la mayor parte de las entidades, crecerá este año por primera vez. Las nuevas operaciones, sobre todo las hipotecarias y de pymes, aumentan ya a doble dígito. Pero, a pesar de la esperada reactivación de los préstamos, los márgenes seguirán estando presionados por los tipos de interés. Estos están en su punto más bajo y las entidades, por tanto, cuenta con menores oportunidades para rentabilizar el negocio financiero. Bajada de los costes Ante esta tesitura, la banca española continuará reduciendo su estructura con el objetivo de recortar los gastos operativos y potenciar así las ganancias. Y buscará, como ya lo hace, incrementar la base del negocio en otros mercados para apuntalar aún más su cuenta de resultados. "Si se excluyeran los ingresos percibidos por la venta de la cartera de renta fija o las operaciones financieras, la mitad de las entidades que han publicado resultados hasta la fecha habrían incurrido en pérdidas", señala AFI en un informe reciente, que comprende las cuentas por los negocios en España del Santander, BBVA, Caixabank, Popular y Bankinter. El conjunto del sector, según los datos publicados esta semana por el Banco de España, ganaron en 2014 algo más de 12.000 millones sin tener en cuenta las filiales extranjeras de Santander y BBVA, lo que supone un 37 por ciento más que en 2013 y se trata de la cifra más elevada en seis ejercicio. Lejos quedan atrás casi 70.000 millones y los 15.000 millones de euros perdidos en 2012 y 2011, respectivamente.