Comenzó un 13 de febrero: las firmas de seguros deberán pagar 112 millones de eurosMADRID. El 13 de febrero de 2004 los 32 pisos y 106 metros de altura de la Torre Windsor de Madrid acabaron en escombros después de un incendio salvaje que empezó a las 23.16 de un sábado, y se declaró extinguido a las 19.20 del domingo. Los bomberos sólo podían llegar con sus mangueras a 50 metros de altura, muy por debajo del corazón de las llamas del piso 21, que llegaron a alcanzar temperaturas de 1.000 grados. Proyectado en 1974 por un grupo nutrido de arquitectos, e inaugurado en 1979, la obra era propiedad de la familia Reyzábal y albergaba numerosas oficinas de empresas importantes como la auditora Deloitte.Todavía no están claras las causas del incendio, aunque, al parecer se trató de una colilla mal apagada en la planta 21, causada por una de las empleadas de la firma auditora, la jefa de inspección de riesgos laborales. El 31 de enero de este año, el magistrado Mariano Ascandoni decretó el archivo del caso, al percatarse de que no había indicios de que fuera intencionado.Teóricamente, las aseguradoras deben desembolsar 112 millones de euros, de los cuales la mayor parte, 90 millones, se destinarían a cubrir los daños de la torre. Además, 12 millones corresponderían al llamado lucro cesante, es decir, al dinero que han dejado de ganar las empresas que estaban alojadas en la Torre Windsor o en las inmediaciones (como El Corte Inglés), y por último 10 millones para cubrir la responsabilidad civil. La aseguradora alemana Allianz, la mayor de Europa se haría cargo del 60 por ciento de esa suma, mientras que el resto quedaría en manos de Mapfre, algo que se debe resolver en los juzgados.