El secretario de Estado de Defensa apoyó al fondo británico Hanson en su ofensiva por controlar la tecnológica española Pedro Argüelles, secretario de Estado de Defensa, intentó sin éxito desbancar a Javier Monzón de la presidencia de Indra a lo largo del año pasado. Según ha podido saber elEconomista de fuentes conocedoras de la situación, el alto cargo de Defensa confabuló en ese sentido con Eduardo Serra, exministro de Defensa, presidente de Everis y también representante del fondo de inversión Hanson. Esta sociedad británica pretendía adquirir el control de la compañía tecnológica a través de la compra del paquete accionarial de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi), titular del 20 por ciento de Indra. Nada de lo anterior sucedió, por la oposición frontal tanto del Ministerio de Hacienda como de la Sepi, ambos renuentes a sufrir minusvalías con dicha operación. El holding público adquirió la quinta parte del capital de Indra en agosto de 2013 a cambio de 337 millones de euros, un precio muy superior al que hubiera obtenido en caso de haber desinvertido, dada la cotización de los últimos meses. A fecha de ayer, y tras el repunte de las dos últimas semanas, ese 20 por ciento de Indra en manos de la Sepi ya alcanza un valor en el mercado de 303 millones de euros. Pese al empeño del secretario de Estado de Defensa de apoyar la maniobra liderada por Eduardo Serra, la operación quedó bloqueada por la resistencia de Moncloa a colocar al frente de la cotizada a una persona del perfil político de Serra. Además, hasta el segundo semestre de 2014, los resultados de Indra fueron calificados de excelentes por parte de ciertos analistas, lo que desaconsejaba ese tipo injerencia del Ejecutivo en una empresa con participación pública. Asimismo, el Gobierno no percibía con buenos ojos que uno de los principales referentes tecnológicos del país perdiera su españolidad, debido especialmente al carácter estratégico de las actividades de Indra relacionadas con la Defensa y los procesos electorales. Los resultados adversos de Indra durante el segundo semestre de 2014, junto con la caída de la cotización, aceleraron el relevo de Javier Monzón. Ese cambio en la cúpula coincidió con la entrada de Telefónica en Indra, alentada por el propio Ejecutivo, así como el inmediato nombramiento de Fernando Abril Martorell como presidente de la empresa. El pasado enero, la teleco adquirió en el mercado una participación del 3,16 por ciento, porcentaje que posteriormente prevé duplicarse en los próximos meses hasta el 6,17 por ciento. La presencia de Telefónica en el capital de Indra podría crecer en cuanto la Sepi perciba condiciones ventajosas para la venta parcial de su actual participación.