El Banco Nacional de Dinamarca (DNB, por sus siglas en inglés) anunciaba ayer que cobrará aún más a las entidades bancarias por depositar allí su dinero, en concreto, un 0,35 por ciento. Una medida que se conoció solo noventa minutos después de que el Banco Central Europeo (BCE) anunciara una compra de 60.000 millones de euros mensuales en activos hasta 2016 (ver páginas 6 y 7), lo que aumenta el atractivo de la divisa danesa como refugio del inversor. En previsión de que el BCE pondría en marcha un programa de flexibilización cuantitativa, como ha ocurrido, la entidad presidida por Søren Bjerre-Nielsen ya había anunciado este lunes una batería de medidas emulando al Banco Nacional de Suiza (SNB, por sus siglas en inglés). Rebajaba los tipos de préstamo del 0,2 al 0,05 por ciento y, los de depósito, del -0,05 al -0,2 por ciento para intentar restar atractivo a las operaciones de compraventa en coronas danesas. Todo, para prevenirse de la presión que está sufriendo la corona danesa -con el QE, el BCE pone más euros en circulación, con lo que presiona a la baja el precio de la divisa comunitaria-.