El invento ahorrará hasta un 50 por ciento del combustible que utilizan los buquesMaría GoyMadrid. Lo que ven en la imagen podría confundirse, a primera vista, con una persona que se entretiene con una cometa de grandes dimensiones en la cubierta de un barco. Pero ni mucho menos se trata de un juego de niños. En realidad, consiste en un cometa de aire comprimido, medioambientalmente sostenible, desarrollado por la compañía alemana Skysails, que se ha propuesto dar un giro de 360 grados al sector de transporte marítimo de larga distancia, al desarrollar un parapente que permite reducir significativamente el consumo de fuel de los buques de todo el mundo.El curioso y, por qué no, estético proyecto alemán se encuentra en su última fase, al haber superado la semana pasada una prueba de fuego. En concreto, la vistosa cometita de 160 metros cuadrados ha logrado impulsar un portacontenedores de nada más y nada menos 800 toneladas, pero ahorrándose un 35 por ciento de combustible. De esta forma, el colorido parapente ha superado las expectativas que se habían creado una vez se realizaron las primeras pruebas mediante una simulación por ordenador. El éxito de este invento permitirá que casi con seguridad se empiece a fabricar para su posterior comercialización a partir del año 2008. Ya a principios de año, una vela de grandes dimensiones, capaz de transportar un barco de 140 metros de eslora con un ahorro del 50 por ciento de combustible, cosechó la venta de sus primeros ejemplares a la naviera alemana Beluga Shipping, además de recibir un inyección de ocho millones de euros de capital riesgo de mano de una compañía especializada en tecnologías medioambientales.La cometa, que es aún más potente que una vela, cuesta entre medio millón y dos millones y medio de euros, según el tamaño de la embarcación que acompañe, ya que puede propulsar desde un yate de lujo hasta buques medianos. Consta de tres partes: una cometa vela de perfil variable según la velocidad del viento, un dispositivo autopiloto y un sistema de guía de ruta que, teniendo en cuenta diferentes variables, calcula la trayectoria adecuada y además no sustituye el motor del barco, sino que lo complementa.El director general de Skysails, Stephan Wrage, contaba a El Vigía que "la utilización de la energía del viento reduce los costes y las emisiones simultáneamente, convirtiéndose en un ejemplo de tecnología aplicada al mar de carácter sostenible". El invento de Skysails, como ocurre con otros muchos negocios, no ha sido muy rentable en sus inicios, aunque la compañía calcula que esta situación cambie en unos años. Para 2013, la empresa alemana pretende instalar sus cometas a unos 300 yates y 400 barcos comerciales y cruceros de todo el mundo. Lo cierto es que, si el proyecto sale adelante, obligará al resto de embarcaciones a instalar estas coloridas cometas, para poder aumentar su competitividad por la reducción de gasto de combustible que supone.