Acabaremos 2014 con una tasa de crecimiento del PIB superior al 1 por ciento y esperamos un 2 por ciento en 2015. Este número mágico conforta a nuestros políticos pero no resuelve el problema del paro. Crear puestos de trabajo con crecimientos del PIB inferiores al 2 por ciento es buena noticia, aunque los que han entrado en el mercado laboral tienen salarios que rozan la precariedad. Así es difícil hacer crecer el consumo. La parte positiva es nuestra mayor competitividad, que esperemos aumente la exportación. El mantenimiento del precio del petróleo y los bajos tipos de interés, por las actuaciones de BCE, serán un alivio para España. Ello mantendrá la inflación en mínimos, rozando la deflación, y posibilitará la concesión de créditos. Y al ser año electoral a ver si, aparte de promesas incumplidas, se toman medidas contra los corruptos. Feliz 2015.