El alza del precio del petróleo anima al Ayuntamiento a buscar alternativasbarcelona. El difícil compromiso por reducir la contaminación en las ciudades parece animar más a las administraciones que a los particulares. Y es que el alza del precio de los carburantes derivados del petróleo (como el diésel) y la coartada electoral de un transporte "no contaminante" también empujan a los ayuntamientos a ser un poco más ecológicos y rígidos en el coste del transporte. Muestra de ello es la intención de la entidad Transports Metropolitans de Barcelona (TMB), dependiente del Ayuntamiento de Barcelona, de introducir como prueba experimental el combustible biodiésel en 15 autobuses públicos con el objetivo de reducir las emisiones de humos y dióxido de carbono. El biodiésel, combustible ecológico derivado de aceites vegetales y de residuos, es biodegradable, genera menos emisiones de agentes contaminantes, lubrica los motores y, en proporciones como las que se utilizarán en los autobuses, es aplicable a todos los vehículos diésel. Aunque el sueño de un transporte público que no dependa del petróleo y sí de los derivados vegetales (biodiésel) todavía es utópico. Las cifras lo demuestran: de los 1.019 autobuses públicos que circulan en Barcelona, 854 se nutren del diésel; 162 funcionan con gas natural (se prevé que sean 250) y sólo tres se propulsan con hidrógeno. Pero TMB sigue dando pequeños pasos para alcanzar -al menos por parte de los autobuses- la tan deseada contaminación cero. Y para ello ha firmado un acuerdo con Petrocat -empresa participada por Cepsa, Repsol y la Generalitat-, para probar el funcionamiento del biodiésel en la flota de autobuses de la capital catalana. El operador petrolífero suministrará a TMB biodiésel elaborado por Bionet Europa, con una planta en Reus (Tarragona) que elabora el carburante ecológico a partir del reciclaje de aceites vegetales usados para freír. TMB ha optado por utilizar el combustible renovable diluido al 10 por ciento con gasóleo tradicional. Prueba experimentalLa prueba se efectuará durante seis meses a partir de mayo en un total de 15 autobuses. Estos vehículos llevarán un distintivo para indicar a los ciudadanos que el consumo de biodiésel emite menos gases. Su objetivo es evaluar las ventajas e inconvenientes operativos de este nuevo combustible ecológico aplicado a autobuses urbanos. De acuerdo con el texto, firmado por el director general de la red de Autobuses de TMB, Josep Maria Satorres Lapeña, y el director general de Petrocat, Joan Ramírez Solé, los 15 vehículos utilizarán Bio 10 Petrocat, una mezcla de gasóleo tradicional y biodiésel (al 10 por ciento), parecido al vendido en las estaciones de servicio para uso privado.Petrocat, petrolera catalana con presencia en la comunidad autónoma, posee 64 estaciones de servicios, ocho unidades de suministro en puertos náuticos y 18 centros de distribución de gasóleo a domicilio. TMB espera que a finales de este año, el 25 por ciento de la flota funcione con gas natural, a la vez que continuará experimentando con las pilas de hidrógeno en los autobuses.