Esta semana se ha demostrado la gran importancia del Banco Central Europeo (BCE) para el mercado del Viejo Continente. Las bolsas llevaban semanas planas en un lateral apático provocado por el estancamiento de los beneficios empresariales y la economía de la eurozona. Tuvo que llegar el presidente de la institución, Mario Draghi, con un nuevo recital de estímulos que hizo levantarse al mercado. Fue la última de las tres grandes intervenciones de Super Mario de los últimos tres meses que han permitido fuertes avances en las bolsas. Una vez más, queda de manifiesto la gran influencia de las autoridades monetarias en el mercado, incluso cuando no hay una reunión de por medio y nuevas decisiones. Las palabras de un banquero central mueven a su antojo las bolsas, ¿cotización limpia? Todo comenzó en Jackson Hole El simposio anual de banqueros centrales de Jackson Hole (Wyoming) supuso un giro en el discurso y la actitud de Draghi. Rodeado de sus colegas, Super Mario, se mostró más crítico que nunca con los líderes políticos de la eurozona, a los que exigió más medidas para salir de la crisis. Además, advirtió que aplicarían medidas monetarias más ortodoxas si la situación lo requería. Toda una declaración de intenciones que provocó que los principales índices europeos vivieran una semana con alzas de entre el 0,7 y el 3 por ciento. De hecho, el Ibex 35 escaló un 2,8 por ciento. Asimismo, en el mercado de renta fija el rendimiento del bono español a 10 años consiguió marcar un nuevo mínimo histórico en el 2,047 por ciento. Septiembre, una reunión inesperada Draghi demostró en la reunión del BCE de septiembre que no iba de farol en Jackson Hole. El líder de la entidad anunció un paquete histórico de medidas monetarias que pasaban por una reducción inminente de los tipos de interés hasta el 0,05 por ciento, una tasa a los depósitos de la banca del 0,2 por ciento y anunció un programa de compra de activos millonario para octubre. Unas decisiones que impactaron de lleno en el mercado. Tanto, que el principal selectivo español ganó un 3,9 por ciento a lo largo de esas cinco sesiones, viviendo su semana más alcista desde principios de año. Además, se quedó a un paso de renovar sus máximos anuales, concretamente a un 0,3 por ciento. Por su parte, la prima de riesgo española bajó hasta los 111 puntos básicos. De hecho, la rentabilidad del papel español a una década consiguió revalidar su nivel más bajo de la historia en el 2,043 por ciento. 'Super Mario' también desafina El mercado se las prometía muy felices a las puertas de la reunión de octubre del BCE. Draghi había anunciado un paquete de políticas de compra de activos que hacían pensar en que llegaría un programa contundente, el QE a la europea. La entidad detalló los requisitos de los activos que pretendía comprar y las condiciones que iba a aplicar, pero pasó de puntillas sobre lo más importante: cuánto dinero destínaría a este programa. Los periodistas preguntaron, pero la voz del banquero se entrecortó a la hora de hablar de cifras. Y el mercado lo penalizó. El Ibex 35 sufrió un descenso cercano al 2 por ciento que le llevó a perder el nivel de los 10.000 puntos por primera vez desde el mes de marzo. Es más, esa semana fue la cuarta consecutiva que el selectivo de referencia español firmó a la baja. Un descenso que llevó al Ibex a registrar su nivel más bajo desde diciembre del año pasado.