El empresario quiere cesar hoy como vicepresidente primero de CEOE, pero seguirá en la EjecutivaUna dimisión en diferido. Así se puede calificar la propuesta de renuncia a la presidencia de CEIM que Arturo Fernández presentó ayer en la reunión de urgencia del Comité Ejecutivo de la patronal madrileña, como consecuencia de su implicación en el escándalo de las tarjetas opacas de Caja Madrid. Fernández pidió, sin embargo, permanecer en el cargo hasta la convocatoria de nuevas elecciones, para completar los tres puntos básicos del programa con el que gano las elecciones el pasado mes de marzo: la reforma de los estatutos, el cambio en el modelo electoral y la aprobación del código ético de la organización empresarial. El Comité aceptó la propuesta de su todavía presidente, decisión que fue ratificada por la tarde en la reunión de la Junta Directiva por un total de 94 votos a favor, seis en contra ocho abstenciones. Arturo Fernández tiene intención de presentar también su dimisión como vicepresidente primero de la CEOE durante la reunión de la Junta Directiva de la patronal española convocada para hoy, y a la que ha anunciado su asistencia el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, para explicar a la cúpula empresarial el proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado para el próximo año. Una convocatoria ordinaria de la cúpula de CEOE, en la que, aunque el asunto de Fernández no está en el orden del día, son varios los dirigentes de las organizaciones territoriales y sectoriales de la patronal que tienen previsto aprovechar el apartado de "ruegos y preguntas" para criticar con dureza al presidente de CEIM y pedir el abandono inmediato de todas sus responsabilidades como dirigente de la representación de los empresarios Sin embargo, la intención de Arturo Fernández es permanecer como miembro de la Directiva de la patronal española hasta la celebración de las próximas elecciones que tendrá lugar en diciembre. La permanencia de Fernández en el cargo es muy importante para la reelección de Juan Rosell como patrón de patronos, ya que la cuarentena de votos de CEIM, junto con los de patronal catalana, Foment del Treball, son decisivos para la elección del presidente de la CEOE. Una vez que Fernández abandone su cargo al frente de CEIM, asumirá el cargo el vicepresidente primero de la organización, Juan Pablo Lázaro, que es presidente ejecutivo de la empresa Sendign Trans- porte Urgente, además de presidente del Club Financiero Génova y de la Organización Nacional de Transporte y Logística, UNO. Lázaro llegó a la patronal madrileña de la mano de Gerardo Díaz Ferrán, cuñado de Arturo Fernández y también implicado en las tarjetas de la caja madrileña, y fue nombrado vicepresidente primero tras la reelección de Fernández como presidente de la organización el pasado mes de marzo. Precisamente su contrincante en esos comicios, Hilario Alfaro, presidente de la patronal de comercio Cocem, ha desmentido su respaldo a Juan Pablo Lázaro, al que considera "un hombre de Arturo Fernández que no garantiza la regeneración que necesita CEIM". Además de Fernández, otros dos directivos de CEIM están igualmente implicados en el caso de las tarjetas negras: Miguel Corsini y Javier López Madrid. Arturo Fernández asegura que ha reintegrado a la Fundación Caja Madrid los 37.300 euros que gastó en "comidas y gasolina" cuando era consejero. El informe Bankia registra también gastos con cargo a esas tarjetas por un total de 46.700 euros del vicepresidente de la patronal madrileña y expresidente de Renfe, Miguel Corsini, mientras que a Javier López Madrid se le imputan gastos por 34.800 euros.