El tramo gratuito anunciado por Industria supone el consumo de un ordenador durante dos mesesLa subida media que propone Miguel Sebastián para la baja tensión es de un 5,6 por cientomadrid. Si los consumidores con discriminación horaria (de tramo nocturno, en su mayoría) ya estaban indignados con la eliminación de este tipo de tarifa y su sustitución por otra similar de discriminación horaria, el Ministerio de Industria les ha dado la puntilla. Según el borrador de Orden Ministerial de tarifas enviado a la Comisión Nacional de Energía (CNE), los usuarios con estos contratos pagarán de media un 7,45 por ciento más. Esta medida afectará a unos dos millones de clientes, que tendrán que adaptarse a las condiciones derivadas del nuevo modelo, aunque se concederá un plazo adicional de seis meses, hasta el 1 de enero de 2009, para adaptar los contadores de la luz a la nueva tarifa de discriminación horaria. En el documento remitido al regulador, y al que ha tenido acceso elEconomista, se recoge cómo este tipo de contrato será el más afectado por las subidas. Aquellas tarifas con discriminación horaria y con potencias contratadas de entre 2,5 y 5 kilovatios y de entre 5 y 10 kilovatios se incrementarán un 7,51 y un 8,48 por ciento respectivamente. Pero éste no será el único aumento que acusen los recibos de la luz de los españoles desde el 1 de julio hasta el 30 de septiembre. El departamento que dirige Miguel Sebastián ha hecho caso omiso de los dictados del regulador y si el organismo que lidera Maite Costa había propuesto una subida del 11,3 por ciento, Industria recomienda que el incremento para las tarifas de baja tensión (la que utilizan la mayoría de usuarios) sea de un 5,62 por ciento de media. Así, Sebastián se ajusta, tal y como había anunciado en las últimas semanas, al entorno del crecimiento del IPC. Como consecuencia, será aún más complicado paliar el endémico déficit tarifario (diferencia entre los costes reales y lo que se cobra por la electricidad) que afecta el sistema eléctrico español. El resto de usuarios En el borrador elaborado por Sebastián se incluyen también las grandes novedades que ya habían sido adelantadas por Industria: el establecimiento de un primer tramo de consumo mínimo gratuito y la creación de la llamada tarifa social, que la propia CNE había considerado fraudulenta. Aquellos clientes que gasten menos de 25 kilovatios/hora cada dos meses no se les facturará ese consumo, pero sí pagarán el término de potencia, que varía en función del modelo de tarifa. Este tramo gratuito equivale al consumo bimensual de un ordenador. Sólo un frigorífico consume unos 119 kilovatios/hora cada dos meses. Los que se acojan a la tarifa social no tendrán que pagar este término de potencia y tampoco se les cobrará esos primeros 25 kilovatios/hora que son superados, incluso, por electrodomésticos como una tostadora o una máquina de afeitar. Para acogerse a este modelo no se podrá exceder los 3 kilovatios de potencia instalada y que al cliente se le aplique sólo a su primera residencia. Sin embargo, se penalizará el consumo por encima de los 1.000 kilovatios/hora y no de los 1.100, como se hacía antes. Según los cálculos de Industria, estas condiciones las cumplen 4,5 millones de hogares, aunque habría que restar las segundas residencias, que podrían ser unos 900.000 clientes. El Ministerio ha fijado que el pago por término de potencia no varíe, excepto en la tarifa 1.0, que se incrementará un tercio. Quitando las tarifas con discriminación horaria, los usuarios más perjudicados serán aquellos que tengan contratadas las tarifas 2.0.2 y 2.0.3, que sufrirán incrementos del 7,33 y 8,34 por ciento. Alta tensión Se mantienen las tarifas de alta tensión para aquellos consumidores con potencias de entre 36 y 145 kilovatios. La tarifa G4 de grandes consumidores también permanece igual, aunque éstos tendrán que pagar un 4,7 por ciento más, en línea con el IPC, según Industria.