El escándalo destapado en julio afectó a varias cadenas de comida rápida extranjeras La administración de alimentación y fármacos de Shanghái (China) ha emitido una orden por la cual obliga a cinco restaurantes -McDonald´s, Burger King, KFC, Dicos y Carls JR- a informar del origen de los ingredientes utilizados en sus menús. De hecho, este decreto es consecuencia del escándalo de la carne podrida destapado el pasado mes. A finales de julio se descubrió que el proveedor cárnico chino Husi -filial del conglomerado estadounidense OSI- había vendido partidas de carne podrida que afectaban en un primer momento a los establecimientos chinos de McDonald´s, KFC -controlada por Yum! Brands- y Dicos, extendiéndose posteriormente a Burger King, Carls JR y Starburcks. De hecho, todas estas cadenas internacionales de comida rápida tuvieron que retirar durante varios días algunos de sus productos como consecuencia de haber dejado de utilizar a la cadena alimentaria Husi como proveedor. En el caso de McDonald´s, el problema también afectó a sus restaurantes en Japón, donde parte de sus famosos McNuggets contenían carne de la fábrica de Husi en Shangái. El escándalo destapado por la televisión china Dragon TV desveló que el proveedor chino falsificaba sistemáticamente las fechas de caducidad de los productos que vendían a las cadenas de comida rápida. Asimismo, también emitió unas imágenes que mostraban a varios trabajadores de Husi recogiendo carne del sueldo y volviéndola a arrojar a la máquina procesadora. De hecho, se mostraba como la carne descartada en los controles rutinarios de las autoridades chinas eran procesados una y otra vez hasta que pasaban dichos controles. Tras estas imágenes, las autoridades del gigante asiático iniciaron una investigación sobre el escándalo de la carne podrida que dieron lugar al cierre de la fábrica de Husi y la detención de cinco personas vinculadas con el suministro de la carne podrida. Las autoridades chinas tras una investigación preliminar en la que han analizado 160 toneladas de materias primas cárnicas, así como 1.107 toneladas de productos ya procesados, han concluido que la empresa llevaba a cabo de forma sistemática la producción y la comercialización de productos cárnicos caducados. Asimismo, en paralelo a estas investigaciones, se ha iniciado la exploración de otras instalaciones de Husi distribuidas en cinco provincias chinas. La inseguridad alimentaria es uno de los grandes problemas que afecta a China. De hecho, no es la primera vez que las cadenas extranjeras de comida rápida se ven involucradas en este tipo de escándalos. En 2012, KFC se vio salpicada por haber comprado en Shangái carne de pollo con excesivos niveles de antibióticos, pese a haber sido consciente de ello, durante dos años, según dictaminaron las autoridades del país.