Venderá el 8,3% en el operador transalpino para despejar el riesgo regulatorio que sufre en BrasilLa multinacional española espera lograr la aceptación de Vivendi antes del 3 de septiembreTelefónica ofreció ayer 6.700 millones de euros por la brasileña Global Village Telecom (GVT), propiedad de la francesa Vivendi. En el caso de que prospere ese primer tanteo, un total de 3.950 millones se abonarían en efectivo y el resto se canjearía por una participación del 12 por ciento en la nueva sociedad resultante. Pero las contraprestaciones de Telefónica hacia la filial de Vivendi no se limitan sólo al pago en metálico y en acciones. La teleco española también ofrecerá a GVT todo el capital que conserva en Telecom Italia, actualmente del 8,3 por ciento. De esa forma, y en el caso que los activos de Telecom Italia formaran parte de la ofensiva por GVT, el pago en efectivo por parte de Telefónica podría reducirse en alrededor de 1.300 millones de euros, que es el valor aproximado de los títulos del grupo que preside César Alierta en el operador italiano. La respuesta de la bolsa se dejó sentir sobre el valor de la compañía, que ayer cedió el 1,71 por ciento, frente al 1,36 por ciento del Ibex 35. Cuatro objetivos simultáneos Al margen de los efectos colaterales financieros y comerciales de la ofensiva sobre GVT, Telefónica pretende lograr cuatro objetivos de una tacada: se refuerza en el negocio de fijo brasileño, donde sus carencias son notables lejos de Sao Paulo; despeja las incertidumbres regulatorias que sufría en aquel mercado, al ofrecer a GVT toda su participación en Telecom Italia; se anticipa al intento de fusión de TIM Brasil, filial de Telecom Italia, con la sociedad ahora pretendida por Telefónica; y reduce el temor de que GVT caiga en manos de sus competidores. Fuentes de la multinacional española explicaron ayer, a través de un comunicado remitido a la CNMV, que la transacción "se financiaría a través de ampliaciones de capital tanto en Telefónica Brasil como en Telefónica. Esta última ampliación iría destinada a cubrir el desembolso por la parte proporcional correspondiente a la participación del 74 por ciento que Telefónica tiene en su filial brasileña". Este diseño añade atractivo a la operación, sin elevar la deuda del grupo. Pese a ello, Telefónica adeudaba a finales de junio 43.791 millones de euros, con un ratio sobre ebitda de 2,47 veces. Con la venta de los activos en O2 Irlanda, el endeudamiento alcanzaría los 42.961 millones y el ratio sobre rentabilidad de 2,43 veces. Ahora, pese al desembolso en el horizonte de 3.950 millones, la teleco no aumentará su apalancamiento, ya que la operación se materializará con una ampliación de capital vía Telefónica Brasil. Y todo eso sin contar que el efectivo se podría abaratar con la transferencia a GVT de su capital en Telecom Italia. Hasta el 3 de septiembre A partir de este momento, el balón queda en el tejado de los consejeros de Vivendi. El próximo 3 de septiembre es la fecha en la que expira la oferta de Telefónica, salvo que haya sido aceptada por Vivendi o los oferentes decidan ampliar el periodo de vigencia de la misma. Por su parte, la compañía gala ha reaccionado como suele hacerse en estas ocasiones. Por un lado niega que GVT esté en el escaparate, pero lo hace con la boca pequeña. "Vivendi desea enfatizar que ninguna de sus filiales está a la venta", afirmó, tras subrayar que su estrategia pasa por crear un grupo industrial enfocado en el crecimiento orgánico de sus actividades y en apoyar su desarrollo. Sin embargo, en el mismo comunicado deja la puerta abierta para estudiar la oferta y someterla a "la consideración de su consejo de supervisión en su próxima reunión en el mejor interés de sus accionistas y empleados de GVT". El movimiento de Telefónica no ha debido sorprender a la francesa, ya que los analistas de Goldman Sachs desvelaron que "Vivendi ya ha solicitado ofertas por GVT con anterioridad". Como suele ocurrir en este tipo de operaciones, la propuesta económica podría mejorarse en cuanto se ponga en el habitual tira y afloja de este tipo de negociaciones. En juego está la formación de un gigante que hermanaría al líder del móvil brasileño, Vivo, con el mayor de los operadores alternativos de fijo y banda ancha, GVT. Global Village Telecom es el operador más grande de entre los pequeños jugadores de telefonía fija de Brasil. Su porfolio incluye servicios de telefonía fija, banda ancha y televisión de pago, todos ellos servicios que anhela Telefónica para convertir su compañía de móviles Vivo en un operador integrado de telecomunicaciones, en sintonía con su estrategia global. "Es un complemento estratégico perfecto", resumen fuentes de Telefónica cuando describen una compañía que, además, atesora una fuerte presencia fuera de Sao Paolo, con implantación en 146 ciudades de una veintena de estados. Por el contrario, el grueso del negocio de fijo de Telefónica se sitúa en la capital paulista, por lo que los solapamientos serán mínimos. El interés de Telefónica por GVT no es de ahora. Se trata de una espina que tenía clavada desde finales de 2009, cuando entonces estuvo a punto de adquirir la empresa por 2.700 millones y se vio sorprendido por una oferta al alza de Vivendi. En ese momento, el grupo galo adquirió el 58 por ciento de GVT a cambio de 2.800 millones para después ampliar su participación hasta el 99,17 por ciento actual. La compañía brasileña viene a ser una perita en dulce para Telefónica ya que, entre otras virtudes, disfruta de la mayor rentabilidad del sector en Brasil, con un margen de ebitda del 40 por ciento. Según los últimos datos, GVT cuenta con 7,4 millones de accesos, de los que 2,7 millones son clientes de banda ancha fija, en su mayoría de alto valor al contratar servicios a través de redes de alta calidad. También suma 715.000 abonados de televisión de pago, el 3,8 por ciento del mercado brasileño. Fuentes del mercado apuntan que GVT cuenta con 69.700 kilómetros de cable (fibra y cobre) en zonas metropolitanas, un despliegue propio de fibra óptica por el que ofrece velocidades de hasta 100 Mbps en el mercado residencial.