La embotelladora espera llegar a un acuerdo antes de que el Tribunal Supremo se pronuncie sobre el recurso presentadoCoca Cola Iberian Partners está dispuesta a casi todo para llegar a un acuerdo con los trabajadores y despejar el futuro del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) anulado por la justicia. La embotelladora, que se reunió ayer con los sindicatos, mejoró sustancialmente las condiciones del ERE con la mira puesta en llegar a un acuerdo que le evite seguir adelante con la vía judicial y, en última instancia, ejecutar la sentencia. Y es que, el grupo que preside Sol Daurella, que ya ha recurrido ante el Supremo el fallo que le obliga a readmitir a los trabajadores, no quiere esperar a que el Alto Tribunal se pronuncie que puede complicar aún más las cosas a empresa y trabajadores. El plan presentado por la dirección de la embotelladora se articula sobre tres ejes. El primero es una mejora de las condiciones económicas de las recolocaciones, las bajas incentivadas y las prejubilaciones. En concreto, los trabajadores en situación de despido podrán acogerse a medidas de salida incentivada con prejubilaciones a los 56 años y baja indemnizada con 45 días por año trabajado, 42 mensualidades y 10.000 euros lineales. Por su parte, los prejubilados cobrarían el 80 por ciento del salario neto entre los 56 y los 59 años y el 90 por ciento entre 60 y 64 años. En cuanto a los trabajadores trasladados, les abre la puerta a que puedan volver a su lugar de origen si hay plazas. El segundo eje supone rehacer el plan logístico. Así, el grupo ha ofrecido mantener el empleo a 80 de los 236 trabajadores de la fábrica de Fuenlabrada, donde hay un campamento-protesta para evitar su cierre, y posibilidades de traslado para el resto de los trabajadores. La oferta no supone reabrir la fábrica. El último punto es el compromiso de grupo por hacer docencia y explicar el ajuste (la sentencia criticó la falta de explicaciones). CSIF y Manuel Pimentel, mediador en las negociaciones, han destacado el esfuerzo del grupo. Pimentel aseguró que se a reunirán en septiembre y que seguirán trabajando para lograr un acuerdo. Por su parte, CCOO dijo que las medidas no son suficientes y que tendrán que negociar. Esta postura ha supuesto un divorcio entre el secretario general de alimentación de CCOO, Jesús Villar, y los trabajadores afincados en la fábrica. El llamado campamento ha rechazado la propuesta de la embotelladora y ha anunciado que Villar "no les representa". Y es que, el ala más abierto a dialogar de CCOO ha dejado fuera de las negociaciones a los representantes del campamento que sólo aceptan la sentencia.