Se dejan un 4,15% de su valor en apenas quince días, hasta situarlo en 204.853 millones de eurosLas dificultades del Banco Espírito Santo (BES) trascienden fronteras y pasan factura a la banca española en bolsa. Las ocho entidades cotizadas -Santander, BBVA, Caixabank, Bankinter, Popular, Sabadell y Liberbank- valen hoy 8.874 millones de euros menos que el pasado día 7, cuando los apuros en los negocios de la influyente familia lusa cercaron en el parqué a su participado BES por temor al potencial impacto de su exposición al grupo. La mella viene de atrás porque comenzaron a resentirse con el temor a que la subida de tipos en Estados Unidos se precipase y ha estado abonada con la preocupación ante las gigantescas multas a entidades francesas y alemanas impuestas por las autoridades estadonidenses. La escalada de tensión entre Ucrania y Portugal ha sido la puntilla, en un caldo de cultivo donde las alarmas sobre el BES pesan, en cuando han revivido las dudas sobre si la banca de la periferia del euro continúa siendo débil. En las dos última semanas la capitalización conjunta de la banca española cotizada se ha reducido de 213.727 millones a 204.853 millones. El mayor castigo relativo lo encaja el Popular, con un retroceso del 6,89 por ciento; junto a CaixaBank (5,72 por ciento) y Liberbank, que cede el 5,72 por ciento. Pero en términos absolutos y en concordancia con su mayor tamaño, es el Santander es gran damnificado porque se deja 3.439 millones del valor, seguido por BBVA, con 2.532 millones y Caixabank, 1.342 millones. El BES repuntó ayer el 0,24 por ciento, lo que no deja de ser un pequeño respiro porque su valor en bolsa se ha deprimido un 40,84 por ciento con las cuitas de su mayor accionista desde el pasado día 7. El mayor banco de Portugal ha sido capaz de sortear la crisis y levantar 3.000 millones en ampliaciones para reforzar su solvencia sin solicitar ayudas públicas. Su capital más puro en términos CET fully implemented se situó en marzo en el 10,5 por ciento -calculado con la reglas más exigentes, que deberá reunir la banca en 2019 y no ahora-. Si se neutraliza el efecto de los activos fiscales diferidos, la tasa caería al 8 por ciento mínimo exigible y cumpliría con las normas, de acuerdo a los datos facilitados por el banco al presentar resultados. Los problemas que le rodean no son propios, sino generados por la exposición a las empresas propiedad de su mayor accionista, la familia Espírito Santo. Sin embargo, el riesgo de que deba recapitalizarse cobra fuerza ante la posibilidad de que las sociedades de la saga soliciten el concurso de acreedores e incumplan con el repago al BES de emisiones de deuda o créditos. Fondos interesados La entidad tiene una exposión a las sociedades del emporio de 1.800 millones: 1.200 en créditos o deuda y 600 millones en avales. Todas las posiciones se encuentran avaladas. El problema del que alertan agencias como Moody's es que el grupo o sus filiales incumplan con los pagos si se declaran en concurso. Frente a esta contigencia, el Banco de Portugal es favorable a reforzar el capital. El gobernador del organismo supervisor luso, Carlos Costa, dio ayer incluso un paso más al urgir cualquier recomposición accionarial en la entidad. Costa desveló que hay inversores interesados en tomar una posición de referencia en BES, entre los que figuran fondos y bancos. Fondos de capital riesgo como Apollo y KKR tienen en su mira al BES y podrían ser la solución, ya que la familia Espírito Santo difícilmente acudirá a una operación así a tenor de los apuros de su grupo. El supervisor ha sondeado también a cinco bancos, entre ellos el Santander Tottal, BCP, BPI y una entidad brasileña, desveló ayer la prensa lusa.