Las nacionalizadas podrán contabilizar sus desinversiones en las pruebas de saludA finales de mayo los principales banqueros del país reclamaban en bloque al Banco Central Europeo (BCE) un trato "justo" en las pruebas de resistencia, con el respaldo del Banco de España, aprovechando las tradicionales jornadas financieras de KPMG. Algunas parecen haberse tenido en consideración. Los examinadores permitirán utilizar el colchón de provisiones si durante el análisis de calidad de los activos afloran déficits, situación que se creía improbable. La banca española ha hecho un esfuerzo milmillonario para sanear el balance de activos tóxicos y esa hucha se temía condenada a ser obviada en las pruebas porque son colchones no exigidos en el resto de Europa. "Se va a tener en cuenta que pueda haber sobrantes al evaluar el riesgo, que se puedan utilizar para igualar el terreno de juego", desvelaron ayer fuentes del Eurosistema. La normativa española obliga a construir una provisión anticíclica y otra subestándar inexistentes en el resto de Europa -la primera se llena cuando el crédito crece en previsión de que un revés desate los impagos y la segunda es preventiva para operaciones arriesgadas-. Las pruebas de resistencia introducirán además cierta "flexibilidad" para las entidades nacionalizadas en determinados supuestos. Se tendrá en consideración, por ejemplo, los planes de reestructuración impuestos por Bruselas puesto que contemplan un adelgazamiento de balances y, en consecuencia, de sus activos ponderados por riesgos hasta 2016. Para el resto de entidades, la fecha de corte será inamobible con los balances cerrados en 2013. El organismo que preside Mario Draghi difundió ayer nuevos detalles sobre las pruebas de salud que efectuará a las entidades antes de asumir su supervisión en el otoño. Los bancos que suspendan el test dispondrán de apenas quince días para presentar un plan de recapitalización al Mecanismo Único de Supervisión. A partir de esa fecha, el calendario empieza a correr y contarán con entre seis y nueve meses para recomponer la solvencia, en función de que el déficit aflore al verificar la calidad de sus activos o al colocar a prueba su resistencia en el escenario de crisis agravada. Puede darse la paradoja que una entidad cateada haya reforzado sus recursos propios a lo largo de 2014 y disfrute de una solvencia a toda prueba. Sin embargo, saldrá señalada en el test y deberá presentar igualmente su solución al BCE, aunque pueda explicar al mercado que el problema está resuelto y solo dependa de una autorización formal del supervisor que lo valide. Los resultados del estrés test y el examen de los activos de los 128 mayores bancos de la zona euro se publicarán en la segunda mitad de octubre. Si el desfase de capital afecta a una entidad nacionalizada y posteriormente absorbida por otro banco, la responsabilidad de resolver el problema recae sobre el grupo consolidado aunque no haya completado la integración.