Fuerza a la petrolera a renovar sus bombonas si quiere aumentar los ingresosEntre tanta reforma, el Gobierno n o quiso olvidar ayer la bombona de butano, que usan unos 8 millones de hogares. En concreto, el Consejo de Ministros acordó liberalizar la bombona ligera, que son aquellas de entre 8 y 20 kilos que en vacío pesan menos de 9 kilogramos. En cuanto a las llamadas bombonas pesadas, que pesan más de 9 kilos en vacío y que se corresponden con las convencionales, el Ejecutivo ha acordado mantener su precio regulado fijado desde hace más de un año en 17,5 euros y que se mantendrá hasta marzo de 2015, a pesar de que existe un déficit reconocido de unos 40 millones de euros y que los operadores lamentan que actualmente están vendiendo a pérdidas. No obstante y según el secretario de Estado de Energía, Alberto Nadal, en los últimos meses el coste de la bombona se sitúa por debajo del umbral regulado y está permitiendo reducir este desajuste. El cambio regulatorio beneficia a Cepsa, principalmente, que tiene una cuota del 15 por ciento y que ha invertido en los nuevos formatos y por tanto podrá subir los precios en esta liberalización. Por contra, Industria justifica que con esta medida se permitirá la entrada de nuevos operadores en los formatos más actuales, mientras que con la bombona convencional Repsol tendría ventaja competitiva al disponer de este material en cartera. En definitiva, el Gobierno obliga a la primera petrolera española a apostar por los nuevos formatos más ligeros si quiere elevar los precios y que por botella supone una inversión de 300 euros. Por contra, Repsol, con una cuota de más del 70 por ciento en el suministro de las botellas convencionales, sale perjudicada al no actualizarse el precio fijo regulado. Pero además el Gobierno ha establecido la obligación de reparto de domicilio por parte de una serie de operadores. El secretario de Estado de Energía, Alberto Nadal, descartó que esta obligatoriedad busque asegurar el suministro del butano en un momento donde operadores como Cepsa han mostrado su intención de dejar este mercado por las pérdidas del negocio. Y es que las empresas calculan que, de haberse repercutido el fuerte encarecimiento de la materia prima en los últimos meses sin que hubiese un tope fijado por el Gobierno, el precio de la bombona media podría haber superado los 20 euros. En cuanto a los operadores obligados a repartir de forma domiciliaria la bombona, Repsol Butano debería asumir esta función en la Península y Baleares, mientras que Atlas lo hará en Ceuta y Melilla. Disa asumirá esta función en Canarias. La nueva regulación eliminará además los contratos en exclusiva entre operadores y distribuidores, de modo que en un mismo camión de reparto podrán viajar bombonas de diferentes marcas.