Serán accionistas de la editora a partir del 6 de julio mientras Polanco se diluyeTelefónica, Banco Santander, CaixaBank y HSBC cuentan las horas para desembarcar en el capital de Prisa con hasta un 29,7 por ciento. El próximo 6 de julio vence el plazo para la conversión obligatoria en acciones de clase A de los bonos que los tres bancos y la teleco suscribieron en 2012 para salvar al grupo que preside Juan Luis Cebrián, cuyos problemas financieros y de liquidez le impedían hacer frente a los vencimientos de su deuda de más de 3.400 millones y a los pagos diarios. La multinacional que preside César Alierta adquirió bonos por 100 millones de euros, que se van a convertir en más de 97 millones de títulos de la entidad por lo que, tras la ampliación de capital, que fue aprobada hace dos años, se hará, inicialmente, con un 6,84 por ciento de la editora de El País. Por su parte, las entidades financieras se hicieron con bonos por 334 millones de euros, mediante la conversión de parte de la deuda que tenían con Prisa. El documento de emisión de bonos y ampliación de capital explica que el banco que preside Emilio Botín puede convertir un crédito de 20 millones que le concedió en noviembre de 2008. En cuanto a CaixaBank, el folleto contempla la capitalización de hasta 25 millones de euros de un préstamo que Caixa D'Estalvis concedió a Prisa en 2009. El caso de HSBC es más amplio, ya que el documento abre la puerta a que transforme en bonos obligatoriamente convertibles su parte del crédito sindicado de 4.200 millones o un préstamo subordinado de 200 millones. Los bonos por 334 millones de euros se convertirán a partir del 6 de julio en 324,27 millones de acciones, lo que dejará en manos de las entidades financieras el 22,85 por ciento de Prisa. En julio se van a llevar a cabo dos ampliaciones de capital de acciones de tipo A, una de 420,9 millones de títulos correspondiente a la emisión de bonos de 2012 y otra de 77 millones de acciones del dividendo. Estas operaciones elevarán el capital social de la firma hasta los 1.418,9 millones de acciones de clase A, lo que supondrá una fuerte dilución para los actuales accionistas a falta de la conversión de warrants pendiente. Así, en un primer momento, la familia Polanco verá reducida su participación a casi el 17 por ciento. Aunque sigue siendo el principal accionista, no es accionista de control de Prisa, cuyo límite está fijado en el 30 por ciento. Fuentes cercanas al grupo explican que Prisa deberá cambiar los estatutos para fijar el umbral de control por debajo del 17 por ciento, para que los Polanco, que llegaron a tener el 70 por ciento de Prisa, recuperen su estatus. Por su parte, los nuevos accionistas no tienen una gran vocación de permanencia en el capital de Prisa. CaixaBank, por ejemplo, se está deshaciendo de todas las participaciones que heredó de Banca Cívica para centrase en su cartera clásica, en la que no tiene cabida un medio de comunicación. Así, fuentes del mercado aseguran que la inversión en Prisa no es estratégica para CaixaBank que tratará de vender sus títulos cuando sea posible. En este sentido, se ha publicado que la entidad catalana quería deshacerse de los bonos, pero el alto precio de los mismos (1,03 euros por acción) frente al precio en bolsa (unos 0,38 euros) hizo poco recomendable esa opción. De cara a las demás entidades, las exigencias de Basilea III penalizan a los bancos con participaciones industriales. La normativa les obliga a provisionar capital si no se va a recuperar la inversión y vista la complicada situación de Prisa, no es estratégica.