Acuerdan que Condesa, GAM, Ros Casares y Válvulas Arco serán las primeras La gran banca ha cerrado un preacuerdo para crear los primeros fondos de rescate de empresas viables con excesiva deuda. Las seis principales entidades del país -Santander, BBVA, Caixabank, Sabadell, Popular y Bankia- constituirán estos vehículos para salvar de la liquidación a las primeras cuatro o cinco compañías. Sin embargo, el proyecto todavía no está definido porque la banca ha obligado a rehacer el plan a los asesores N+1 y McKinsey por el elevado coste que supone para el sector financiero. Según lo pactado hasta ahora las sociedades Condesa, GAM, Ros Casares y Válvulas Arco serán las primeras en salvarse gracias al proyecto, que servirá como prueba de estos nuevos instrumentos facilitados por el cambio de la ley concursal el pasado marzo. Podrían entrar también en los próximos días Hierros del Mediterráneo, una vez termine el análisis de los asesores, N+1 y McKinsey. El objetivo inicial es que empiecen a funcionar en julio, pero fuentes del sector destacan que previsiblemente se retrasará hasta después del verano por el nuevo plan que tendrán que elaborar los asesores y por las diferencias existentes entre las propias entidades. La hoja de ruta es que la banca aplique en un primer término quitas a la deuda de estas empresas para reducir las cargas a cambio de acciones y se inyecte capital, de tal forma que su actividad sea sostenible. Precisamente, esta última condición es la que enfrenta a la banca con N+1 y McKinsey, que no está de acuerdo con el coste que supondría el plan, por lo que tendrá que reformularlo. Se estima que la deuda de estas cinco compañías asciende al entorno de los 1.500 millones. La otra cuestión que separa a las entidades y que está bloqueando su puesta en funcionamiento es el reparto del accionariado y de su peso en los fondos. Según lo pactado hasta ahora, las empresas pasarán a depender directamente de los fondos, que estarán participados por las entidades. Estas han decidido que sean varios y no uno los instrumentos para no mutualizar las pérdidas ocasionadas por el salvamento de las compañías. Las entidades tienen el mando Lo que parece descartado es la participación del Estado en estos vehículos y en los posteriores que se creen. En un principio, las entidades reclamaron la contribución del Gobierno en algunos casos, ya que la banca hace un esfuerzo para mantener en pie el tejido empresarial de nuestro país y el empleo en las mismas en un momento de recuperación económica, según fuentes del sector. Si bien, las entidades se garantizan el cobro de una parte de la deuda y se convierten en propietarios de las compañías afectadas, cuya venta en los próximos siete años podría generar ganancias. Además, podrán liberar las provisiones realizadas previamente para cubrir las posibles pérdidas, principalmente en el caso de las empresas en concurso o preconcurso de acreedores. El proyecto, denominado Fenix, establece que la banca decidirá una a una las empresas que se puedan beneficiar de esta alternativa. Sobre la mesa existe la posibilidad de ir incorporando a los primeros fondos nuevas empresas viables con problemas de deuda o constituir otros vehículos de características similares. Las cinco compañías elegidas cuentan con problemas, pero su negocio es viable, por lo que es necesario reestructurar su deuda. El proyecto que baraja la banca es parecido al de Pescanova, aunque en este caso pasarán a ser propietarios de manera directa después de aplicar quitas en su pasivo.