Expedirá hasta 900 millones en garantías y prevé conceder 25.000 millones propios durante 2015El Estado refuerza el ICO para multiplicar la potencia de fuego en su misión de financiar la economía productiva. Por un lado el organismo avalará a empresas para que puedan acceder al crédito de organismos internacionales y por otro movilizará 25.000 millones en crédito propio durante 2015, importe un 25 por ciento superior al presupuestado para este ejercicio. Algunas sociedades se quedan sin opción de beneficiarse de créditos más ventajosos, habilitados por instituciones como el Banco Europeo de Inversiones (BEI), por carecer de rating de solvencia o ser inferior al exigido por el organismo. El ICO les franqueará el paso con un programa de garantías, dotado de un presupuesto anual máximo de 900 millones. Refuerza así un rol que han potenciado entidades como las sociedades de garantía recíprocas, si bien con presupuestos limitados dadas sus dimensiones y dirigidos al pequeño empresario de su región. Solo el BEI canalizó el pasado año a España 10.656 millones de euros, un 15 por ciento de su financiación total y cifra un 30 por ciento superior a la recibida un año antes. Líneas como la de BEI tienen la doble ventaja de duplicar la capacidad de financiación a costes ventajosos. Por cada euro que ofrece, el banco que distribuye su crédito debe aportar otro y sus intereses han sido de promedio entre tres y cinco puntos porcentuales más económicos que el crédito comercial durante la crisis (4 frente a un 7 ú 8 por ciento). Una condición clave cuando muchas empresas, sobre todo pymes, evitan solicitar financiación por la alta carga en intereses. 25% más de crédito El organismo dirigido por Román Escolano incrementará un 25 por ciento su financiación directa el próximo año. El Gobierno se ha fijado un objetivo de concesión de 25.000 millones, que rebasa en un 80,1 por ciento al concedido en 2013. El ICO se convirtió en el instrumento clave para inyectar recursos al tejido productivo cuando el crédito bancario estaba en claro retroceso, con la morosidad en subida libre, y las entidades volcadas en destinar la liquidez a cubrir sus propias necesidades de refinanciación. Desde el inicio de la crisis en 2007 y hasta mediados del pasado año, el peso del ICO en toda la financiación dirigida a las pymes creció del 3,5 al 11 por ciento. Con el saneamiento completado y la necesidad de recuperar la rentabilidad, ha cambiado la estrategia y la banca compite ahora por financiar pymes.