El mercado espera una macroampliación de capital del banco galo ante la segunda sanción más alta a una entidad Si las autoridades de Estados Unidos no tuvieron demasiada piedad con Credit Suisse al castigar al banco suizo con una multa de 2.500 millones de dólares (1.900 millones de euros) por ayudar a sus clientes a evadir impuestos, parece que el castigo para BNP Paribas podría sentar cátedra. De acuerdo con Wall Street Journal, el mayor banco de Francia podría verse obligado a pagar más de 10.000 millones de dólares (7.300 millones de euros) a la justicia estadounidense por haber hecho negocios con países non gratos para la mayor potencia mundial, entre ellos Cuba o Irán. Ante estas informaciones no es de extrañar que las acciones de BNP Paribas cayeran en picado durante la jornada de ayer. Al fin y al cabo, si el banco no es capaz de endulzar esta multa se verá obligado a recaudar capital, posiblemente a través de una nueva emisión de acciones, para poder financiarla. De hecho, según publicaba Erin Davis, analista de Morningstar, una dilución del precio de los títulos para poder hace frente a esta colosal represalia podría costarle la cabeza al consejero delegado del banco francés, Jean-Laurent Bonnafé. No debemos pasar por alto que tras la penalización impuesta a Credit Suisse la semana pasada, muchos criticaron al fiscal general de Estados Unidos, Eric Holder, por haberse quedado corto a la hora de frenar las triquiñuelas del banco suizo. Algunos esperaban una mayor sanción, la prohibición temporal al banco de poder mantener depósitos en la Reserva Federal o, incluso, la revocación de su licencia bancaria. De ahí que Holder esté presionando para que la cantidad a pagar por BNP Paribas sirva de lección para otros bancos. Sin embargo, una suma que supere los 10.000 millones de dólares, pese a ser una de las mayores multas impuestas a un banco por parte de la justicia estadounidense, se quedaría corta de los casi 13.000 millones de dólares que JP Morgan se vio obligado a pagar el año pasado por sus operaciones durante la burbuja inmobiliaria y los problemas con su mesa de inversión en Londres. Aún así, la multa propuesta para BNP representa un mayor porcentaje respecto a sus activos que la impuesta al banco capitaneado por Jamie Dimon. Además, BNP y los reguladores mantienen conversaciones para determinar si el banco francés podrá perder temporalmente la capacidad de continuar transfiriendo dinero a EEUU. La cotización del banco, que a primera hora de la jornada llegaba a desplomarse más de un 5 por ciento, finalmente terminó la sesión con una caída del 2,4 por ciento.