Los expertos coindicen en asegurar que no habrá ajustes de calado en lo que queda de legislaturaLos economistas consideran que la revisión del IRPF no supondrá una bajada de impuestos"El Gobierno no va aflojar su agenda de reformas", aseguró el secretario de Estado de Economía, Fernando Jiménez Latorre, en un desayuno organizado por Vozpopuli, dos días después de que el PP perdiera casi 2,6 millones de votos en las elecciones europeas. "Somos conscientes de que hay que seguir con los ajustes", sentenció Latorre tras recalcar que "hay que apurar cuestiones pendientes". Sin embargo, la bandera reformista que ha enarbolado el Gobierno popular en sus discursos postelectorales no ha terminado de convencer a algunos economistas que hacen una lectura muy distinta sobre cuál será la estrategia a seguir por el presidente Mariano Rajoy y su equipo de Gobierno de cara a los dos próximos comicios: las autonómicas y locales, que previsiblemente se celebrarán en mayo, y las generales. Los expertos consultados por este diario coinciden en asegurar que el Ejecutivo no va a llevar a cabo ninguna "reforma de calado" en el año y medio que queda de legislatura y que, como mucho, hará algún ajuste que tendrá poca repercusión. "No va a volver a tocar el mercado labora, no recortará la Administración Pública y la reforma fiscal se quedará en nada", coinciden en resaltar los economistas consultados por elEconomista. "Existe una cierta tentación al inmovilismo tras los resultados electorales. Pero sería un error por parte del Gobierno no profundizar en las reformas en el próximo año, ya que sus votantes le han castigado con la abstención (no han ido a las urnas 1,8 millones de sus votantes) por no haber tocado la Administración Pública y por los elevados impuestos", explicó a este diario Lorenzo Bernaldo de Quirós, presidente y socio de Freemarket International Consulting, firma especializada en estrategia y operaciones. Así, y pese a que el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha recomendado al España eliminar el tipo reducido del IVA, es decir pasar del 10 a 21 por ciento los bienes y servicios como el turismo o algunos alimentos, y que la Comisión Europea (CE) solicitara compensar la futura rebaja de IRPF con una subida de los impuestos directos, el Ejecutivo no parece dispuesto a poner en marcha medidas impopulares que puedan perjudicar su carrera electoral. En este punto, el ministro de Economía Luis de Guindos recordó que el FMI sólo "recomienda" y que no se va a aumentar la presión fiscal. "Se acentuará la parálisis. El Ejecutivo considera que no es momento para llevar a cabo nuevas reformas y va a procurar vivir de la renta de que haya mejores resultados económicos", comentó Luis Pires, profesor de Economía de la Universidad Rey Juan Carlos. "Los resultados está yendo a mejor y no van a tener la presión de meterse en más ajustes y cambios, aunque no vaya a tener dinero para cumplir con el objetivo de déficit", concluyó Pires, tras matizar que como mucho "se terminará alguna de las que ha iniciado", pero que no se harán muchas más. Según apuntan los expertos, el presidente Mariano Rajoy, que ha visto cómo la deuda pública se disparaba desde los 738.334 millones de euros hasta los 987.945 millones en los que lleva de legislatura, está fiando el futuro de la economía española a que se confirmen los datos de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) -la CE espera que crezca un 2,5 por ciento en 2015-, repunte el consumo y el paro se reduzca de cara a las próximas elecciones. Este planteamiento es el mismo que han puesto sobre la mesa las comunidades autónomas que incumplieron el déficit el año pasado. Murcia, Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha, Cataluña, Navarra y Aragón se han escudado en que "han tocado hueso" en materia de gasto por lo que no incluirán nuevos ajustes en los planes de reequilibrio que están obligadas a presentar a Hacienda en unos días. Descartan subidas de impuestos adicionales y vinculan la consecución del nuevo objetivo común del 1 por ciento a la mejora de la economía española y al nuevo sistema de financiación. ¿Agenda reformista? "El Gobierno no va a abandonar su agenda reformista porque no la tiene. No va a llevar a cabo reformas más agresivas para atajar el déficit ya que no lo tenía previsto. Los resultados electorales no van a cambiar la estrategia del presidente Rajoy porque ya los tenían descontados. No se van a meter en el berenjenal de subir los impuestos o reducir el empleo público con las elecciones a la vuelta de la esquina", aseguró a este diario Juan Fernando Robles, director general del Instituto Superior de Técnicas y Prácticas Bancarias (ISTPB). "Antes de las elecciones, el Gobierno ya consideraba que el paquete de reformas gruesas ya estaba terminado, por lo que no le veo haciendo una serie de cambios agresivos", dijo Bernaldo de Quirós. Mercado laboral En esta línea, Miguel Ángel Bernal Alonso, profesor y coordinador del departamento de investigación del IEB, explicó a este diario que se seguirán haciendo cosas pero "a un ritmo menor" y que no habrá "ningún cambio radical". "Calculo que no van a entrar ni van a hacer nada. Es un tema muy sensible", sentenció. En concreto, Bernal descartó que el Ejecutivo vuelva a tocar el mercado del trabajo. La ministra de empleo, Fátima Báñez, ha asegurado en más de una ocasión que se iba a reducir el número de contratos (hay 41 tipos), una propuesta que se ha quedado en el aire y que el único paso que se ha dado en este sentido va encaminado a reducir la burocracia. "No van a hacer más cosas. Dan la reforma laboral por concluida, aunque en más de una ocasión se les ha pedido que se profundice", insistió por su parte el profesor de la Universidad Complutense de Madrid, Fernando Méndez Ibisate. Así, el FMI ha comentado recientemente que España debe continuar con la moderación salarial, mientras que el presidente de la CEOE, Juan Rosell, solicitó públicamente hace poco que se acometiera una reforma en la negociación colectiva. Por su parte, Robles explicó que el único éxito de la reforma laboral es que permite a las empresas descolgarse del convenio colectivo y negociar individualmente las condiciones con sus trabajadores. "El resto está muy mal hecho. La reforma está incompleta porque mantiene una excesiva judicialización, pero eso no se va a cambiar, al menos de cara a las elecciones", aseguró el director general del Instituto Superior de Técnicas y Prácticas Bancarias. Y es que, el despido colectivo, que rebaja las indemnizaciones a 20 días, se ha chocado más de una vez con la justicia que los ha echado para atrás. Por ejemplo, el ERE de Telemadrid, que afectó a 861 trabajadores, fue declarado improcedente por el Supremo, por lo que la televisión autonómica tendrá que elevar las indemnizaciones a 45 días. Administración Pública La reforma de la Administración es la que más echan en falta los expertos consultados por este diario. Casi todos coinciden en asegurar que no se ha puesto en marcha de una forma contundente y no se le espera. "El sector público es un desastre. El déficit sube y la deuda está desbocada -el Gobierno espera que la deuda alcance el 101,7 por ciento del PIB en 2015- y no se va a hacer nada. El mercado lo ha perdonado porque hay una mayoría absoluta, pero si en las autonómicas pierden peso en favor de una coalición de izquierdas esto puede ser un problema", sentenció Bernaldo de Quirós. En este punto, el presidente de Freemarket insistió en la importancia de "simplificar la estructura del Estado, despedir a funcionarios, eliminar organismos públicos y aglutinar ayuntamientos". "No han tocado la Administración y ya no les da tiempo. Se les ha acabado la legislatura", puntualizó. En este línea, Robles recordó que "existe una fuerte presión por el déficit" pero que "no existe ninguna gana de tocar el gasto público". "Los recortes de empresas públicas no se han movido porque son nichos de colocación de amigos y no se van a dejar a los suyos en la calle" puntualizó el director de Instituto Superior de Técnicas y Prácticas Bancarias. "Apenas se ha tocado la Administración y finalmente ha sido un motor estabilizador", apuntó. Ibisate también se sumó a la denuncia sobre lo poco que se había hecho en la Administración. "No van a acometer la reforma. No le van a pedir a sus alcaldes que hagan más recortes o se fusionen con las elecciones tan cerca", sentenció. En su contra, otros economistas han defendido que la reforma de la Administración se está llevando a cabo aunque muy poco a poco, ya que no es "fácil". Entre 2011 y 2012, el Ejecutivo redujo el coste del personal público de los 123.550 millones a los 116.087 millones. Aunque es una gran rebaja todavía está lejos de la cifra de 2007 (107.835 millones), ya que durante el Gobierno de Jose Luís Rodríguez Zapatero se disparó la contratación pública. Ajuste fiscal La gran reforma que queda por presentar es la fiscal. El Ejecutivo ha anunciado a bombo y platillo esta modificación que en principio iba encaminada a reducir y simplificar el impuesto sobre las personas físicas (IRPF) y el impuesto sobre Sociedades, en tanto en cuando se prevé rebajar los tipos generales y recortar las deducciones. "Se cambiará el IRPF de arriba a abajo pero no habrá una gran bajada. No va a aumentar la renta disponible de las familias", apunta Miguel Ángel Bernal. "En una primera fase no subirán el IVA por lo que no pueden bajar mucho el IRPF", sentenciaron.