Se plantea vender su banca de particulares antes de 2017 o frenar la actividadBarclays anunció ayer un nuevo plan estratégico para mejorar de manera significativa su rentabilidad en los próximos tres años. El proyecto del grupo británico afecta de lleno a sus negocios en España, donde su actividad de particulares acumula pérdidas de 739 millones en desde 2011. La entidad maneja varios escenarios en la actualidad, que suponen el redimensionamiento o la salida definitiva de nuestro país antes de 2017 en este segmento, que da empleo a 2.200 trabajadores, aunque para una primera fase se intentará la venta. El abandono se analiza "cuidadosamente" y no afectará a la plantilla en el corto plazo. La desinversión podría realizarse también por lotes, dependiendo de las ofertas que se reciba. Algunos bancos ya se han interesado desde hace semanas por sus activos, entre ellos, los dos grandes, Santander y BBVA, y Bankinter. En el mercado apuntan que otro candidato para hacerse con Barclays es el Sabadell, por su cuota en Madrid. El grupo británico aglutinará su filial española en una división de nueva creación, en la que alojará todos los negocios no estratégicos -aquellos de baja o nula rentabilidad y los que no encajan con sus objetivos de futuro-. En esta área, con activos por 158.000 millones de euros, se incluirán también la banca minorista de Italia, Francia y Portugal, además de otras actividades empresariales. Todas ellas a priori serán vendidas o sacadas a bolsa. La intención de Barclays con este plan es mejorar su eficiencia operativa y aumentar su cuenta de resultados, castigados en los últimos años por la crisis en el sur de Europa, y centrar su operativa en Reino Unido, África y las tarjetas de crédito. Pero en estas zonas llevará un ajuste de personal que afectará a 19.000 empleados, de los cuales 7.000 trabajan en su división de banca de inversión. En España, como en el resto de regiones, mantendrá su actividad de grandes corporaciones y operaciones, patrimonios altos y tarjetas, para la que trabajan 600 personas. La salida de España se produce después de continuos planteamientos sobre su situación y del fracaso de su estrategia. El último movimiento fue la dimisión de sus dos altos ejecutivos, Jaime Echegoyen y Pedro Fernández Santaella, este año, como preludio al nuevo plan. Barclays llegó a nuestro país en 1974. Su apuesta por el negocio de particulares se inició a principios de los ochenta cuando adquirió Banco de Valladolid, una entidad que había sido intervenida y saneada por el Fondo de Garantía de Depósitos. Pero su gran salto en este nicho de mercado hace apenas diez años, cuando se hizo con el Zaragozano. Durante la época del boom quiso comprar Atlántico y Urquijo, pero las subasta las ganó el Sabadell. En la crisis también intentó expandirse, pero se volvió a topar con el banco catalán en la puja por la CAM. Tras estos intentos fallidos y la imposibilidad de rentabilizar sus activos decidió plegar velas a principios del ejercicio pasado, después de no haber podido colocar la filial. Llevó cabo un ajuste de plantilla del 29 por ciento (890 trabajadores) y el cerró 161 sucursales, con el fin de reenfocar su actividad a los clientes con ingresos superiores a los 100.000 euros.