El año pasado desaparecieron 18 compañías y otras 57 están en fase de extinciónmadrid. Adeslas absorbió La Nueva Unión de Seguros. Aegon consiguió Seguros Navarra. La voraz Aresa engulló Barcelona Aseguradora, Igualatorio Médico Colegial de Burgos, El Pensamiento y Seguros Capisa. Y poco después saltó a escena la Mutua Madrileña con un cheque de 352 millones de euros para dar el golpe final a tamaña digestión haciendo suya a la catalana Aresa.Y así hasta sumar 18 compañías, que son las que desaparecieron el año pasado (no es el caso de Aresa, que sigue como filial de la Mutua), tras caer en manos de otro propietario, integrarse en el grupo o, simplemente, por cesar el negocio. Un 4% de bajas en doce mesesAl final quedaron 312 entidades inscritas en el registro administrativo y por el camino se perdió un 4 por ciento del censo en doce meses, según un informe de Mapfre. Es el suma y sigue, porque en el último lustro han sido borradas del mapa 63 entidades (el 16,8 por ciento), la mitad sociedades anónimas. Y vendrán más. Otras 57 entidades están en puertas para dar cerrojazo al negocio, al encontrarse en proceso de liquidación, ya sea voluntario -22 entidades- u obligado por la imposibilidad de seguir ofreciendo los servicios -en la UVI del Consorcio de Compensación de Seguros figuraban otras 35-. La mayoría de las uniones se gestaron en compañías de un mismo grupo para simplificar la estructura o fueron maridajes entre sociedades de igual condición. Aquí, las más atrevidas trabajan especialmente el negocio de Salud. Pero el proceso de concentración, acentuado en los últimos doce meses, no ha hecho más que empezar. La feroz competencia, sobre todo en pólizas de automóviles y salud, ajusta al máximo la rentabilidad obtenida en cada venta, y se impone lograr mejoras de eficiencia con economías de escala para no sufrir. Algunas de gran tamaño, ávidas de crecer sumando otras pequeñas o las carteras de sus clientes, no ocultan que están ojo avizor a la espera de cazar oportunidades si la guerra comercial obliga a arrojar la toalla a algún buen agente. Economías de escalaOtras niegan que la rivalidad expulse del mercado a los más débiles, pero auguran nuevas uniones por la necesidad de ganar tamaño para captar clientes de relumbrón como las multinacionales, acostumbradas a sacar a concurso las pólizas que precisan sus filiales en cualquier parte del mundo. Los grupos internacionales aseguradores se encuentran en esta clave: un 71 por ciento de las firmas mundiales creen que las fusiones acelerarán en los próximos tres años, según un estudio de la consultora KPMG. Con independencia de la justificación, precedir la oleada de concentraciones es ya un clásico en el mercado español por el gran número de agentes activos -312-, que duplica o triplica al contabilizado en algunos países vecinos.España se perfila además como un mercado atractivo por la todavía baja penetración de las pólizas, aunque son contadas las grandes aseguradoras foráneas que no han fijado oficina o comercializan los productos con intermediarios.A diferencia de actividades similares como la bancaria, la dispersión del sector es la característica principal. Los diez primeros grupos aseguradores se repartían el año pasado un 49,8 por ciento de los 22.528 millones de euros recaudados en total en primas. Mapfre, la principal compañía, aglutinó sólo el 14,2 por ciento y, la segunda del ranking, Allianz apenas un 4,9 por ciento.Los grandes jugadores bancarios suman cuotas de negocio más cercanas al 20 ó 25 por ciento.