Calabuig gana la batalla accionarial, de la que también sale perdiendo SuezCaixabank tendrá que vender su participación en Aguas de Valencia al presidente de la compañía, Eugenio Calabuig, según un laudo arbitral de la Cámara de Comercio de Valencia emitido ayer y contra el que no cabe recurso. La entidad catalana tiene un 49,99 por ciento del capital de la sociedad instrumental Agval, propietaria del 61 por ciento de Aguas de Valencia, y la familia Calabuig tiene el 51,01 por ciento restante. Las dos partes habían acudido al arbitraje después de que la empresa de la familia Calabuig, Fomento Urbano de Castellón (Fucsa), pidiera ejercer el derecho de tanteo sobre el paquete de Caixabank, que pertenecía históricamente al Banco de Valencia, al entender que con la compra del banco valenciano se había producido una transmisión de la participación en Agval susceptible del tanteo establecido en los estatutos. La entidad catalana tenía especial interés en esta empresa porque la multinacional Suez Environnement, su socia en Aguas de Barcelona (Agbar), posee el 31,6 por ciento de Aguas de Valencia y está enfrentada a Calabuig desde hace años, sin presencia en el consejo de administración al ser considerada una competidora. La pugna por el control de la empresa valenciana se libró también en la Comisión de Defensa de la Competencia, que obligó a Caixabank a elegir entre el consejo de administración de Agbar y el de Aguas de Valencia -prefirió el primero-, y en la Audiencia Nacional, donde el banco catalán pidió y logró el embargo de parte de las acciones de Calabuig en Agval, que luego fue revocado. El empresario castellonense está imputado en el caso Banco de Valencia. Eugenio Calabuig explicó a elEconomista que con el laudo se inicia el proceso de venta, que durará unos dos meses, ya que solo falta fijar el precio. Fucsa calculó en su día que serían poco más de 50 millones de euros, muy por debajo del valor del 30 por ciento de Aguas de Valencia. "El peor escenario es que se venda a precio de mercado", afirmó. Añadió que una vez finalice la compra, su intención es dar entrada a otros accionistas valencianos que han mostrado interés. La empresa cerró 2012 con un beneficio neto de 21,2 millones y una facturación de 231,1 millones.