Alimentos, bebidas no alcohólicas y los viajes provocan una inflación negativa cinco meses despuésLos expertos ya no se muestran tan tajantes al descartar el peligro de deflación en España, esto es, de una caída generalizada y continua de los precios. Después de tres meses de suaves alzas y otro más, febrero, en el que los precios se estancaron en el 0,0 por ciento, la inflación habría caído en marzo un 0,2 por ciento, de acuerdo con el dato hecho público ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). El organismo atribuye el descenso del IPC al abaratamiento que han registrado los alimentos y bebidas no alcohólicas, así como el experimentado por los precios del viaje organizado -que se habían incrementado en el mismo mes del año pasado porque la Semana Santa se adelantó a marzo. Habría que remontarse al pasado mes de octubre para encontrar el último descenso de los precios que se produjo en nuestro país, y en ese caso fue algo inferior, del 0,1 por ciento. El INE deberá confirmar este dato el viernes 11 de marzo. Si recordamos, en febrero sí se produjo un cambio, ya que el indicador adelantado situó los precios en una tasa negativa del 0,1 por ciento y el propio organismo corrigió ese dato una décima al alza. Atendiendo a su evolución mensual, los precios de consumo registraron en marzo un aumento del 0,2 por ciento respecto a febrero. ¿Caída generalizada? Los economistas explican el fenómeno deflacionario como una espiral dañina en la que la caída de los precios contrae fuertemente el consumo -ante la expectativa de que puedan seguir bajando-, esto acaba traduciéndose en más despidos en las empresas, que vuelven a lastrar el consumo y derivan en el cierre de muchas ellas. Como explica José García Montalvo, Catedrático de Economía de la Universidad Pompeu i Fabra, incluso si aún no estamos en la antesala de esa espiral perniciosa, es necesario actuar para prevenirla, dado que "los economistas saben muy bien cómo combatir la inflación, pero no tienen tan claro cómo salir de una deflación". Japón es, desde su punto de vista, el ejemplo más claro de ello, dado que el país padece este proceso desde hace más de quince años. Evitar que este problema se traslade a Europa debería mover al Banco Central Europeo (BCE) a actuar de inmediato, a adoptar medidas extraordinarias. Con todo, Montalvo recuerda que la deflación no se produce porque los precios desciendan un mes, sino que hablamos de un proceso "persistente y que afecta a la mayoría de los bienes", dos condiciones que, por el momento, no se han cumplido. En el mismo sentido, Rafael Pampillón, economista del Instituto de Empresa entiende que, si bien ya no es tan fácil descartar ese peligro, el de deflación, hay que ver el lado positivo de la caída del IPC que se está produciendo en España y que tiene que ver: por un lado, con la ganancia de poder adquisitivo que supone para los trabajadores que tienen su sueldo congelado o que han padecido una rebaja del mismo, y por otro, porque es una señal de competitividad y porque afecta de forma muy positiva a uno de los sectores que está tirando de la recuperación, el turismo. Del mismo modo, reconoce que una inflación muy baja tiene otros efectos no tan positivos sobre una economía tan endeudada como la nuestra tanto a nivel público, como al privado -porque, pese a que la deuda sigue siendo la misma, nominalmente, tu renta no sube-. Efecto calendario En su Observatorio Económico dedicado a la inflación en España y Europa, el BBVA Research asegura que el escenario más probable es que la caída de la inflación en marzo será temporal y la atribuye sobre todo al efecto calendario por la Semana Santa, lo que retrasa el repunte estacional de los precios vinculados al turismo. Al mismo tiempo, inciden en que los precios de la energía podrían haber seguido cayendo tanto en España como en Europa, entre medio y un punto porcentual en relación a marzo de 2013, influenciados por la presión a la baja del petróleo y por la revalorización del euro. En términos similares se expresa el secretario general de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA), Sebastián Reyna, quien precisa que buena parte del resultado de la inflación en marzo tiene que ver con la bajada de los precios del combustible y de los alimentos lo que, en su opinión, "sería consecuencia de la recesión y freno en el consumo". En todo caso, desde UPTA confían en que se mantenga el comportamiento moderado de los precios y mejore algo la capacidad adquisitiva perdida en estos años, si bien insisten en que el riesgo de deflación o de crecimiento negativo existe y que podría materializarse si el consumo y la demanda interna siguen sin repuntar.