Despedimos febrero, un mes de reducción de exposición, con un 26 por ciento en renta variable. Las resistencias son un escolloEnero acabó a trompicones y ya desde el arranque de febrero comenzamos a advertir que el rebote de las primeras sesiones podía ser un espejismo. Simplemente, la reacción de un mercado que necesitaba sacudirse los excesos. Al final, el mes se ha saldado con cifras positivas: hemos visto alzas de más del 4 por ciento en índices como el EuroStoxx 50 o el Ibex 35. Sin embargo, estas cifras no han alcanzado para hacernos cambiar de opinión. Puede que las pérdidas no sean tan inmediatas o tan verticales como esperábamos. De hecho, el escenario actual casa por técnico con una corrección más suave y más alargada en el tiempo. Pero seguimos pensando que los osos no lo han dicho todo aún en el parqué. Con la mentalidad de que podía haber sustos en el horizonte, este mes hemos tomado algunas grandes decisiones operativas. Por ejemplo, liquidar nuestra estrategia en el Dow Jones. Movimientos así son los que han situado la exposición global a renta variable de nuestra cartera en el 26 por ciento actual, en el que lleva unas semanas. La razón de que no hayamos incrementado nuestra exposición al mercado en tanto tiempo pese al rebote que han experimentado las bolsas en estas últimas semanas es porque no acabábamos de creernos que ese rebote sea sostenible. Más bien lo enmarcamos dentro de lo que se conoce como rebote del gato muerto, aquel que se produce antes de una corrección y que implica que, como afirma Carlos Doblado, estratega de Ágora A. F., "la idea es que el alza no es fiable en tendencia". Si bien los índices europeos aún se mantienen por encima de soportes, tampoco son capaces de superar resistencias, y es esto último lo que nos llevaría a reconocer que quizá hayamos pecado de pesimistas. Mientras tanto, mantenemos el grueso de nuestra cartera recomendada en liquidez, que concentra más del 50 por ciento, a la espera de nuevas oportunidades. Sin embargo, esas oportunidades no parece que llegarán, al menos a corto plazo, en bolsa -esta semana incluso hemos sacado a Acciona del radar sin haberla activado- sino en divisas y materias primas. Dentro de las divisas, además de mantener en radar los pares euro/libra y dólar/corona checa, estamos muy pendientes de la evolución del aussie y del kiwi en sus cruces contra el dólar, ya que pueden dar alguna señal alcista más pronto que tarde. En cuanto a las materias primas, seguimos celebrando los éxitos del crudo americano, que esta semana se ha anotado otro 0,5 por ciento. Además, mantenemos en radar unas cuantas ideas que pueden convertirse en operativas: la plata, platino y petróleo europeo Brent.