El director general de la caja vizcaína dice que falta consenso políticomadrid. La fusión de las cajas vascas no será inminente. Al menos eso es lo que dio a entender el nuevo director general de BBK. Ignacio Sánchez Asiaín. En su primera comparecencia pública, en unas jornadas organizadas por el Foro de Nueva Economía, rehusó dar un plazo y concretar si se la integración se realizará antes de las elecciones autonómicas del País Vasco, que se celebrarán previsiblemente el próximo año. No obstante, sí aseguró que de momento no se da una de las condiciones para llevar a cabo una operación de estas características. Esta condición no es otro que el consenso en la estratégico y político. "Por ahora no se da" un acuerdo entre los agentes implicados, entre los que destacan la plantilla y los sindicatos. Sánchez Asiaín consideró, no en vano, que el otro aspecto relevante para poner en marcha una fusión sí tiene sentido. Se trata de los beneficios económico para una unión entre BBK, Kutxa y Caja Vital. En este sentido, manifestó que la red de las tres entidades no se solapa, por lo que se generaría una "masa crítica" de nuevos negocios. En cuanto a la posición de BBK en Iberdrola, de la que posee un 7,2 por ciento, indicó que responde a la estrategia de la caja, que se basa en apostar por un sector de gran rentabilidad, como el energético, y en un entorno cercano al de la entidad.