Mantiene el tope del 25% del beneficio en efectivo de cara a los test de estrésSe confirma lo que temía la banca. El Banco de España prorrogó ayer los límites al dividendo entregables con cargo al beneficio generado en 2014 para garantizar su solvencia de cara tanto a las reglas europeas más exigentes que se avecinan, como y, sobre todo, al examen de salud al que el Banco Central Europeo (BCE) someterá al sistema. El organismo dirigido por Luis María Linde quiere evitar sustos a toda costa y así cumple la doble función de hacer suya la reiterada reclamación de fortalecer al sector con restricciones al pago en cash al accionista formulada por el Fondo Monetario Internacional (FMI). Las condiciones las impuso en junio del pasado año para disgusto de unas entidades que han cumplido a regañadientes. Impide, en términos generales, repartir más del 25 por ciento del beneficio atribuido en efectivo. Y aconseja "moderar" la retribución alternativa con entrega de acciones para no abusar de una fórmula que tiene el efecto pernicioso de ampliar capital de forma sistemática, sin una correlación con la progresión del resultado. Se formuló como una medida extraordinaria aplicable un año, que en su prórroga se flexibiliza en favor de aquellas entidades con recursos más que holgados. El límite del 25 por ciento podrá, "en casos excepcionales", ser superado siempre que se reúnan dos condiciones. Una, perfectamente cuantificable: que la entidad disfrute de un capital mínimo de primera categoría (CET1) del 11,5 por ciento con fecha 1 de enero pasado, es decir, 3,5 puntos superior al que será exigible en los exámenes que llevará a cabo el BCE antes de asumir la supervisión de la banca en otoño. El segundo requisito es que la entidad pueda "acreditar unas perspectivas de márgenes particularmente favorables", condición que deja un mayor margen de discreción e interpretación al supervisor. El organismo dirigido por Linde "considera conveniente que las entidades perseveren en la aplicación de políticas rigurosas en la preservación de capital y de reforzamiento de los niveles de solvencia", argumentó en el comunicado que detallaba la remisión de la decisión al sector a través de sendas cartas a las patronales AEB y CECA. Junto a la decisión de aprobar con nota la prueba europea, el colchón garantiza resistencia de cara a un 2014 que los mismos banqueros esperan "difícil", ya que los márgenes seguirán estrangulados con los tipos bajos y la mora al alza. El Santander se anticipó Aún cuando la decisión cayó como un jarro de agua fría, la banca se ha plegado. BBVA fue la primera en cumplir: ajustó su pago el pasado año y adelantó que éste retornará al abono progresivo en efectivo para que sea la única fórmula en 2015. El Santander, que no modificó un ápice su entrega, será más austero. Hace un mes anunció que propondrá a su junta de marzo mantener el mismo pago de 0,60 euros de los últimos seis años, bajo la misma fórmula de scrip dividen que permite cobrar en metálico o en acciones. Mantenerlo supone en sí una restricción, ya que espera mejorar sustancialmente el beneficio. El Popular se propone restablecer "a medio plazo" su estrategia histórica de distribuir entre el 40 y 50 por ciento de la ganancia, tras restaurar este año su pago. Bankinter ha sido el último en claudicar. El porcentaje de resultado que repartirá con cargo a 2013 cae del 41,4 al 23 por ciento.