Tendrá que reforzar los fondos propios o emitir deuda por 350 millones este año para cumplir el contrato con la bancamadrid. ¡Por fin! Martinsa-Fadesa selló ayer con bancos y cajas de ahorros un contrato de refinanciación de una deuda de 4.000 millones de euros. Un pacto que permitirá a la compañía respirar tranquilamente en los próximos tres años. A cambio del préstamo, la promotora deberá con cumplir unas determinadas condiciones que le han impuesto las entidades financieras. Una de ellas es que tendrá que reforzar sus fondos propios o emitir deuda por 350 millones de euros antes de que finalice este año. Un reto bastante difícil ante la crisis financiera actual, pero no imposible de lograr. De hecho, los socios de la compañía han anticipado ya 50 millones de euros con el fin de reafirmar su compromiso. Según el acuerdo, Martinsa-Fadesa ha reunificado varios préstamos en uno único. De manera que de los 4.000 millones de euros, 2.579 millones corresponden al crédito para la compra de Fadesa y 1.422 millones a la refinanciación de la deuda operativa a corto plazo. Aunque es mucho dinero, la inmobiliaria sólo pagará los intereses hasta 2011 y el primer desembolso será el próximo mes de diciembre. Los deberes del grupo Entre las obligaciones de la compañía se encuentra la de destinar "cierto importe" de la caja excedentaria del grupo a la amortización de la financiación. Para cumplir ese objetivo, la promotora también tendrá que destinar una cantidad determinada procedente de la venta de propiedades. Otro de los deberes fijados para Martinsa-Fadesa es constituir una sociedad que englobará aquellas propiedades "que no sean objeto de hipoteca", explica el comunicado que envió la sociedad a la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Es decir, la inmobiliaria deberá crear una filial a la traspasará activos que no tengan ninguna carga. Pero aquí no acaban las obligaciones del contrato. Por otro lado, Martinsa-Fadesa ha tenido que aportar más garantías para que los bancos le concedieran el préstamo. Algo lógico si se tiene en cuenta la situación delicada del mercado financiero e inmobiliario. Por eso, el grupo ha hipotecado determinados activos y tiene derechos para hipotecar también acciones sobre las filiales de la sociedad. Un método que han utilizando muchas compañías. Con este acuerdo, el presidente del gurpo, Fernando Martín, ya puede respirar tranquilo.