La filial de Sepi entró en pérdidas tras multiplicar por 12 su provisión de riesgomadrid. El Tribunal de Cuentas acaba de finalizar la fiscalización de la filial de desarrollo empresarial de la Sepi. En su informe, al que ha tenido acceso elEconomista, la institución descubre que la empresa ha tenido que multiplicar por 12 las provisiones realizadas en sus cuentas de 2005 por culpa de la depreciación de sus participaciones en distintas compañías. De este modo, las provisiones pasaron de 336.000 euros a 4,2 millones de euros, lo que provocó que las cuentas de la compañía cambiaran de signo desde unos beneficios de 470.000 euros en 2004 a unas pérdidas de 1,3 millones de euros en el ejercicio siguiente. Este hecho ha llamado la atención de los inspectores del Tribunal de Cuentas, que le han pedido a la filial del holding público que realice un mayor control de sus inversiones tras analizar sus cuentas desde el año 2003 al 2005. Desde finales de 2002, la principal actividad de Sepides ha sido promocionar proyectos destinados a la creación de empleo, mediante la concesión de financiación o participando como accionistas, en la mayoría de los casos mediante un sistema similar al del capital riesgo. Tras el estudio realizado por el Tribunal y la aprobación por parte del pleno de la institución, se concluye que Sepides no contaba con unas normas escritas que ofrecieran criterios para determinar la modalidad de financiación a ofrecer a los promotores de dichos proyectos, lo que provocó importantes variaciones en los ejercicios analizados. Mientras que en 2003 esta sociedad empleó con la misma frecuencia la inversión como entidad de capital riesgo o los pactos de recompra de acciones, a partir de 2004 y 2005 se redujo la apuesta por la primera a una tercera parte del total de las inversiones aprobadas, apostando principalmente por participar en las empresas de nueva creación. Vigilar el riesgo El tribunal critica que la filial de la Sepi no tuviera establecido un procedimiento de control, alerta y aviso de incumplimiento a los gestores de las sociedades que redujese los retrasos e incumplimientos en la remisión de información. Según el organismo fiscalizador, el descontrol de los créditos hacía que la sociedad no pudiera conocer en cada momento el saldo pendiente de cada uno de los créditos ni los supuestos de morosidad que se hubieran podido producir. A pesar de esta situación, la empresa no dotó ningún importe en concepto de provisión genérica para cubrir posibles insolvencias derivadas de estas líneas de financiación, asegura el tribunal. En las recomendaciones que envía el presidente del organismo fiscalizador, Manuel Núñez, se asegura que sería conveniente que en los contratos que firme Sepides los promotores de los proyectos de inversión se comprometan a llevar adelante el proyecto de acuerdo con el estudio de viabilidad elaborado por la filial de Sepi, o al menos que se exija el cumplimiento del plan de negocio presentado por el promotor al solicitar la financiación. Según el informe, la filial de la Sepi no podía comprobar en cada momento el seguimiento del negocio o exigir el cumplimiento de los planes de inversión. El organismo añade, además, que debería tratar de conseguirse una mejora del seguimiento de las inversiones que permita anticipar su actuación y prevenir los riesgos ante situaciones de administración irregular o fraude. En concreto, se recomienda incrementar las visitas anuales que realiza Sepides a las empresas, y establecer un sistema de avisos y penalizaciones para las sociedades participadas que incumplan sus obligaciones de remisión de información. El Tribunal de Cuentas recomienda también a la filial de Sepi, participada con un cien por cien, que, aunque no esté sometida a la normativa aplicable a las entidades de capital riesgo, sería recomendable que realizase el cálculo de las correcciones valorativas aplicables a las inversiones en las sociedades a las que ha aportado financiación de un modo más sistemático. Para ello, les recomienda que utilicen el sistema de las entidades de capital riesgo, pese a no estar obligados a ello.