El presidente de la filial británica de Christie's es sobrino de la Reina Isabel IIInvitado por la Fundación Arte y Mecenazgo que impulsa la Caixa, David Linley se resiste a hablar de especulación, de ley de mecenazgo y de impuestos a la cultura. Lo suyo son, dice, los sentimientos. Pero al final, acaba hablando. En mayo se produjo en la sala Christie's de Nueva York la subasta más cara de la historia, en la que se batieron 16 récords de puja de obras de arte de posguerra y contemporáneo. ¿Cree que estamos asistiendo a una burbuja en este tipo de obras, como pasó con el impresionismo? Las cosas tienen un precio corrector. Ese día había obras muy bellas, por eso subieron tanto las cifras que se pagaron por ellas. Y todas parten de un precio. Su ponencia versará sobre el gusto y cómo ha variado a lo largo de los últimos años. ¿Cómo lo define? Es muy difícil de describir porque se trata de algo muy personal, aunque en ciertas cosas hay unanimidad. ¿Cree que el IVA del 21 por ciento en la cultura puede retrasar el avance del coleccionismo español? Creo que no soy la persona más indicada para responder. He venido para hablar de mis sentimientos, de cómo me animaron mis padres desde pequeño a coleccionar cosas, aunque no fueran de gran valor. Iba a muchas tiendas de antigüedades. Hablemos de mercados emergentes, como Shanghai, donde acaban de aterrizar. ¿Cómo son estos nuevos países en cuanto al coleccionismo? Soy presidente de la filial en Reino Unido pero lo cierto es que paso mucho tiempo en estos nuevos mercados. Están adquiriendo formación y la verdad es que tanto Shanghai como Hong Kong son centros muy interesantes. Precisamente voy a llevar la semana que viene a un grupo de coleccionistas a Shanghai. Nuestra apertura allí es tan importante como cuando llegamos a Nueva York en los 70. También voy a India, Brasil... últimamente hago muchas millas (sonríe). ¿La crisis de las economías occidentales ha cambiado el perfil del comprador? ¿Cómo es el nuevo coleccionista? Si le echaras un vistazo a la sala principal de Christie's en Londres te darías cuenta de que se parece bastante a un aeropuerto. Gente muy distinta, de diferentes edades, que igual les interesa un reloj que una obra de arte. Es muy complicado segmentar; mientras que hace años la gente compraba cosas concretas, hoy un mismo coleccionista puede comprar en siete secciones distintas de Christie's. También es importante lo que está cambiando el sector desde la llegada de Internet. Vas viendo en una pantalla qué país puja. Es interesantísimo visitarlo. Hablando de sentimientos, ¿qué le produce saber que hay fondos de inversión en arte? Aún es pronto para analizarlo. A corto plazo es difícil saber lo que va a ocurrir.