Los resultados de la hispanoargentina apenas sufrirán por la decisión de Boliviamadrid. El Ejecutivo de Evo Morales afrontaba ayer la última jornada de negociación para tomar el control de las empresas de hidrocarburos que operan en el país. Una de las afectadas es Andina, la filial de Repsol YPF en Bolivia. A partir de ahora, el Estado boliviano pasa a controlar el 51 por ciento de la compañía, aunque la gestión del negocio seguirá corriendo a cargo de la hispanoargentina. Hasta ayer, los de Evo Morales tenían en sus manos alrededor de un 49 por ciento de la filial de la española, pero tras varias horas de acuerdos y negociaciones, se llegaba al traspaso de un 1,08 por ciento que otorga a los bolivianos la mayoría en el accionariado de Andina, de acuerdo a la política de nacionalización emprendida por el líder cocalero al llegar al poder. De hecho, la fecha para el cierre de la compra no podía ser otra, ya que precisamente hoy, día del trabajador, se cumple el segundo aniversario de la publicación del decreto en el que el Ejecutivo de Bolivia dictaba que debía tener la mayoría de las acciones de las petroleras a fin de mantener el control sobre la administración del sector de hidrocarburos. Sin embargo, y a pesar de que el proceso de nacionalización ha levantado más de una ampolla en las relaciones entre la petrolera presidida por Antoni Brufau y el Gobierno de La Paz, los efectos en la española serán prácticamente inapreciables. Concretamente, la actividad del grupo hispanoargentino en el país del Altiplano representa sólo un 0,8 por ciento dentro del volumen total de ventas de la petrolera. Además, sobre el resultado operativo de la compañía los negocios bolivianos suponen un porcentaje del 1,6 por ciento, mientras que solamente reflejan un uno por ciento del patrimonio de Repsol YPF. Si hablamos del valor de los negocios, el total de las actividades en el país de Morales engloba unos activos valorados en 900 millones de dólares, unos 577 millones de euros al cambio actual. De esta cantidad, la valoración de los activos pertenecientes a la filial Andina se llevan la mitad, por lo que la cifra final se quedaría en unos 288,5 millones de euros. El proceso de nacionalización también ha afectado a otros pesos pesados del petróleo, como son el grupo BP, a través de su filial Chaco, y a la también británica Ashmore, que controla la firma Transredes.