Se trata de la segunda operación corporativa de mayor tamaño de la historia empresarial Cuando el río suena, agua lleva. Después de los incesantes rumores sobre un posible acercamiento, las negociaciones entre Vodafone y Verizon Communications llegaron ayer a buen puerto. La británica venderá así el 45 por ciento de su participación en la operadora de telefonía móvil Verizon Wireless a la estadounidense a cambio de 130.000 millones de dólares, algo más de 98.000 millones de euros al cambio actual. Aunque al cierre de esta edición todavía se desconocía la letra pequeña del acuerdo, los consejos de dirección de ambas compañías se preparaban ya para dar el visto bueno a la operación. Según adelantó el Wall Street Journal, un anuncio oficial de la venta podría ocurrir hoy lunes. El consejo de dirección de Vodafone se reunió ayer para discutir el asunto y tras lograr un acuerdo pasó el testigo a la cúpula directiva de Verizon. La operación se convierte así en la segunda mayor de la historia por detrás de la adquisición por parte de Vodafone de Mannesmann AG en 1999, señaló el diario estadounidense. De esta forma, Verizon Communications se hace con el control total de la mayor operadora de telefonía móvil a este lado del Atlántico, de la que ya tomaba las riendas desde el punto de vista operativo. Esta previsto que la estadounidense costeé la compra en un acuerdo efectivo y acciones en partes iguales, informaron a Journal fuentes cercanas a las negociaciones. Un largo camino Cabe recordar que Verizon ha intentado durante muchos años hacerse con la participación del 45 por ciento de VerizonWireless en manos de Vodafone. Sin embargo, es de sobra conocido que ambas partes no han logrado hasta ahora ponerse de acuerdo sobre el precio final de la venta. A comienzos de este año, Verizon y Vodafone volvieron a distanciarse después de que la estadounidense ofreciera 100.000 millones de dólares (75.000 millones de euros) por la codiciada participación en la mayor operadora móvil de EEUU. Antes de que se produjera el anuncio definitivo del acuerdo, los analistas no terminaban de confiar en esta transacción. Según el analista Muchael Hodel de Morningstar, "Verizon tiene poco que ganar estratégicamente ya que podría destruir de forma significativa el valor de sus acciones si el fantasma de una posible subida de tipos de interés acaba por situar el precio de la operación más allá de un valor razonable", decía hace unas semanas. El objetivo del gigante de telecomunicaciones estadounidense y blue chip del DowJones con esta operación pasa por simplificar su estructura de capital. Si Verizon se hace con el pleno control de su negocio de telefonía móvil tendría libre acceso al flujo de caja de la Verizon Wireless, lo que le permitiría incrementar el pago de dividendos entre sus inversores y sanear su carga de deuda. Desde el punto de vista de dirección estratégica, los beneficios son escasos, ya que Verizon ya controla totalmente la gestión Verizon Wireless. Aún así, la estadounidense podría aprovechar la operación para integrar más estrechamente sus operaciones inalámbricas y de línea fija, pero para los expertos este hecho no justifica el pago de gran parte de la prima que Verizon tendrá que desembolsar a Vodafone. No debemos olvidar que en los últimos años Verizon ha deshecho posiciones en el negocio de telefonía fija por lo que esta parte de negocio es incluso mucho más pequeña que Verizon Wireless. Por el contrario, la operadora de telefonía móvil ha cerrado ya varios acuerdos con las distribuidoras televisión por cable más grandes del país para desarrollar ofertas integradas de telefonía inalámbrica y de línea fija.