Cementos Molins ha cerrado el primer semestre del año con un beneficio de 8,3 millones de euros, lo que supone un 58 por ciento menos que en el mismo período del año anterior. Esta caída se ha debido principalmente a los malos resultados registrados en sus filiales españolas, que han perdido 22,4 millones. Por el contrario, las compañías internacionales del grupo sumaron un beneficio de 30,7 millones. La facturación total del grupo disminuyó en un 8,6 por ciento respecto al primer semestre de 2012 y alcanzó los 416 millones. En España la cifra de negocio descendió un 14 por ciento. En el exterior, las ventas retrocedieron un 7 por ciento, por la menor aportación de México y porque Cementos Molins ha reducido su peso en el accionariado de Cementos Artigas (Uruguay). La cementera de la familia Molins se ha propuesto mejorar sus resultados en España gracias a los ajustes de plantilla y de producción realizados. El consumo de cemento en España cayó un 24 por ciento durante el primer semestre de 2013.