Admite "no estar seguro" de que entendieran las cuentasNarcís Serra, presidente de Caixa Catalunya desde 2005 y hasta su fusión en 2010 con Caixa Tarragona y Manresa, afiemó ayer en el parlamento catalán "no estar seguro" de que los miembros del consejo de administración de la entidad entendieran las cuentas. De hecho, a preguntas de los parlamentarios, contestó: "creo que cuando acabaron su mandato ya eran capaces de entenderlas". Esa falta de conocimiento pudo ser clave en la falta de control que el consejo ejerció sobre el equipo directivo de la entidad. Pese a ello, Serra defendió ayer la gestión de Adolf Todó, reclutado por él para enderezar la entidad en 2007 y que el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob) sustituyó en mayo por Carlos Pla. En su opinión, el trabajo de Todó y su equipo desde que llegaron "fue intensísimo y si no hubiese sido por la crisis habrían conseguido dar la vuelta a los problemas de CatalunyaCaixa". También aseguró que la retribución de Todó, que reclama 3,5 millones al Frob por pensiones, estaba la "media del sector". "El problema es que la media del sector eran 800.000 euros", argumentó. Respecto a Josep María Loza, antecesor de Todó en el cargo entre 1998 y 2007, dijo: "no se le puede acusar de negligente" cuando el problema era que el modelo de banca "era equivocado". Loza cobró 10 millones como indemnización al dejar su cargo, que Serra sí juzgó "excesivo" y que, según declaró, trató de reducir al máximo.