En la conexión francesa se barajan plazos de 2030-2050 y con Burgos se hará con línea convencionalEs un hecho que los recortes de las Administraciones Públicas no permiten mantener el fuerte ritmo inversor en la red española de alta velocidad. Pero una de las comunidades autónomas que más perjudicadas saldrá será la del País Vasco. Si no ocurre un milagro, Euskadi tendrá hacia 2018 (con bastante retraso) casi finalizada la red troncal de su AVE, conocido como Y vasca, sin conexiones en alta velocidad con otras comunidades autónomas, ni con la vecina Francia. Habrá un tren muy rápido para unos pocos kilómetros y verá demorarse muchos años esta situación. El presupuesto de la infraestructura troncal del AVE vasco, cuyas obras comenzaron en 2007, se fijó en 4.178 millones. A esta cifra había que añadir los accesos a las tres capitales vascas, que se estimaban en unos 1.700 millones adicionales, por lo que el coste global de la obra rondaba los 6.000 millones. De esta forma se podrá circular a gran velocidad dentro de Euskadi, pero la incógnita ahora es si podrá hacerlo algún día a alta velocidad más allá de su territorio. Esta incertidumbre también introduce una seria incógnita sobre su viabilidad económica cuando esté en marcha. Madrid, Mediterráneo y UE El AVE vasco se impulsó con tres objetivos de conectividad: con Madrid a través de Burgos/Valladolid; con el Eje Mediterráneo a través de Pamplona/Zaragoza; y con el centro de Europa a través de Burdeos/París. Pero la crisis económica ha truncado estos planes. Todo indica que las conexiones de la Y vasca se quedan sin gran velocidad porque tanto el Gobierno español como el francés han optado por reducir las inversiones, decantándose por mejorar la infraestructura existente o la construcción de terceros carriles hasta que sea posible retomar los proyectos de alta velocidad. Al Gobierno vasco le está pesando su falta de influencia en Madrid, por la mayoría absoluta del Partido Popular (PP), lo que le deja sin margen de maniobra, con excepción al derecho a la protesta. La consejera de Medio Ambiente y Política Territorial del Gobierno Vasco, Ana Oregi, recalca que el AVE vasco no quedará aislado, únicamente habrá conexiones en las que "bajará algo la velocidad punta, pero la red será continua desde Madrid hasta París". A finales del pasado mes de mayo la ministra de Fomento, Ana Mato, confirmó los temores del Gobierno vasco, abandonaba el proyecto de conectar la Y vasca, a través de Guipúzcoa (Eskio), con el proyecto de Navarra, al decaer este último y por tanto su posterior conexión a Zaragoza, lo que la unía al Eje Mediterráneo. En su lugar, Adif construirá un tercer carril convencional por Navarra, mucho más barato y que podrá estar operativo antes. Por lo que refiere al tramo Vitoria-Burgos, que conectaría Euskadi con Madrid, aunque algunas fases están muy avanzadas, hay un tramo de 90 kilómetros sobre el que no hay ni proyecto concretado. También aquí Adif baraja crear un tercer carril convencional, para dejar la red veloz para 2024. Se esfuma el sueño de París A finales de junio el Gobierno francés echó por tierra la aspiración vasca de ser nudo de conexión veloz del eje París-Madrid-Lisboa. El primer ministro galo, Jean-Marc Ayrault, en una entrevista a la revista L' Usine Nouvelle afirmó que comparte el diagnóstico de un informe técnico que aconseja posponer para más allá de 2030 la mayoría de los proyectos de nuevas líneas de alta velocidad, entre ellos la conexión vasca. Francia considera inasumibles inversiones de unos 245.000 millones en 20 años y opta por muy pocos proyectos y del resto por mantener las líneas convencionales actuales. El plan francés dejará para el periodo 2030-2050 la conexión entre Burdeos y Hendaya, que sería la que conectase con la Y vasca por Irún, decantándose por mantener la vía convencional.