Urbis llegó a tener dos novias: Inmocaral y Nozar, pero al final se ha casado con Reyal MADRID. Jueves por la noche, Luis María Arredondo recibe una ¿agradable? noticia. Banesto había decidido vender Urbis, la compañía que preside desde hace un mes. Y sólo le quedaba un día más en el cargo, porque el viernes (como así ocurrió ayer) el Grupo Reyal iba a presentar su oferta sobre la inmobiliaria con todas las bendiciones del banco presidido por Ana Patricia Botín. Aunque Arredondo era consciente de que Urbis estaba en venta, siempre ha defendido que asumía la presidencia de la inmobiliaria con el objetivo de permanecer al frente todo el tiempo posible. De hecho el presidente de Urbis hace poco reunió a sus directores para explicarles la nueva estrategia de la compañía. El objetivo era dar un impulso a las promociones en las ciudades de más de 50.000 habitantes. Sin embargo, cuesta creer que confiara en seguir en la presidencia durante mucho tiempo. Sobre todo, porque la inmobiliaria ha tenido muchas novias en los últimos tiempo. Y no se acercaban sólo para cotejar, sino con el anillo en la manoSólo en los últimos tiempos, tres ilustres nombres del sector han llamado a la puerta de Banesto interesándose. Primero fue Luis Portillo quien, antes de hacer una propuesta formal sobre Colonial, se interesó por la inmobiliaria. El segundo fue Nozar, pero sus halagos no entusiasmaron a Ana Patricia Botín. Y el tercero fue Reyal, que al final se quedó con la novia. Una decisión que Arredondo transmitió a sus máximos responsables ayer por la mañana.De esta manera el presidente vio rotos sus sueños. Hace quince días contaba que la ilusión de su vida siempre había sido ser presidente de Urbis. Eso sí nunca perdió su profesionalidad frente a lo personal. El decía en su entorno cercano que si algún día había una oferta buena por la compañía se lo transmitiría rápidamente a los dueños.