El presidente del Instituto Choiseul presenta hoy su libro 'Codicia financiera'Hoy presenta su libro Codicia financiera: cómo los abusos financieros han destrozado la economía real (Pearson), en el que pone de manifiesto cómo la avaricia ha causado la crisis actual. Eduardo Olier, con una dilatada trayectoria empresarial, preside el think tank Instituto Choiseul España, especializado en geoeconomía e inteligencia económica. Cuando leí el título del libro se me vinieron a la cabeza la trama Gürtel, Urdangarin... pero usted aborda la situación global más que la de España. Así es, me preocupa la economía de la globalización. El FMI no cumple su función y se precisa una economía de reparto. Cuanto más se reparte la riqueza, más riqueza se genera. Pero en 'Codicia financiera...' sí habla de las cajas de ahorros. Es que me parece tremendo que se haya destruido el 50 por ciento del sistema financiero español -las cajas- porque los políticos estaban metidos en ellas. Me refiero a esos consejos de administración formados por políticos, sindicalistas y hasta amas de casa. No es razonable y el regulador tendrá que hacer algo. Siguiendo con España, ¿qué le parece el órdago de José Antonio Monago -presidente de la Junta de Extremadura- a Rajoy, anunciando que bajará el IRPF a los extremeños con ingresos inferiores a los 24.000 euros? Recurrir sólo al ajuste y subir impuestos genera paro. La propuesta de Monago me parece bien. Si el 90 por ciento de los extremeños son mileuristas, cuanto más dinero tengan en los bolsillos más riqueza se generará. Si dependiese de usted, ¿bajaría los impuestos? Y realizaría un gran ajuste a los gastos que genera la estructura de la Administración Pública. El número de ayuntamientos es excesivo, las diputaciones han perdido su función. Y, por supuesto, es necesario que exista menos corrupción política. ¿En qué punto se encuentra hoy el capitalismo? En mi opinión, la crisis de la democracia genera la crisis del capitalismo. Presentarse con un programa electoral a unas elecciones y luego decir "no puedo cumplirlo" no es democrático. Vivimos en una democracia en la que el ciudadano vota cada cuatro años y luego el gobernante hace lo que quiere, en la que no se conocen las cuentas de instituciones como los sindicatos o la patronal... Y una democracia opaca genera prácticas financieras de muy poco valor. A Madoff, del que usted habla en su libro, lo descubrieron, pero, ¿a cuántos estafadores como él les ha salido bien? ¡A muchos! Madoff estuvo muchísimos años haciendo su negocio piramidal. Hay muchos casos. Por ejemplo, Deutsche Bank vendió en Italia un producto estructurado de altísimo riesgo a una organización religiosa que se dedicaba a acoger a niños pobres y a construir hospitales. Perdió 12 millones de euros. Pero, después de hacer mucho ruido, los recuperó.