La farmacéutica suiza Roche es el primer proveedor mundial de medicamentos oncológicos. También en España, donde el laboratorio tiene previsto lanzar varias innovaciones en este campo durante este año. Sin embargo, el nuevo responsable del área de Oncología y Hematología de Roche en España, David Fredrickson, asegura que este año está siendo complicado para comercializar nuevos medicamentos en nuestro país. La mayoría de las compañías innovadoras han reducido sus ventas en los últimos años. ¿Cuál ha sido el caso de Roche? Pese a su posición más que consolidada, es cierto que ha habido un impacto, a raíz de las distintas medidas aprobadas en España, aunque el descenso en Roche ha sido menor que el experimentado por el sector en general. El año pasado, el grupo Roche ya registró un crecimiento y esa es la perspectiva para 2013. En 2011 y 2012, los cinco fármacos de la compañía con mejores resultados económicos fueron tratamientos contra el cáncer: Herceptin, Avastin, MabThera, Tarceva y Xeloda. De cara a 2013, están próximas las autorizaciones de Zelboraf, Avastin en cáncer de ovario y Tarceva para el cáncer de pulmón y mutación EGFR. Tenemos la esperanza de que estas autorizaciones se produzcan pronto, con su correspondiente impacto como fuentes de crecimiento para el negocio. Tengo una filosofía muy clara a este respecto y es que cuando haces lo mejor para los pacientes, eso termina convirtiéndose en ventas. ¿Qué resultados esperan para 2013: aumentar o disminuir ventas? Aunque es difícil hacer estimaciones de esta naturaleza, queremos mantener la tendencia al alza que ya logramos el año pasado. Para ello contamos con nuevos fármacos y con nuevas indicaciones de otros ya autorizados, cuya incorporación a la cartera del Sistema Nacional de Salud esperamos se produzca próximamente. Es el caso de Pertuzumab ( Perjeta) para el cáncer de mama HER2+, Vemurafenib ( Zelboraf) para melanoma o Bevacizumab ( Avastin) para el tumor de ovario. Estamos convencidos que todos ellos aumentarán y mucho las opciones de supervivencia para todos los pacientes. ¿Cree que han llegado los avances en el momento más difícil para su aprobación en España, por la situación económica del país? No soy español así que en realidad no cuento con toda la perspectiva histórica, pero llevo unos años aquí y es cierto que 2013 es, sin duda, un año complicado para introducir nuevos fármacos. Pero es muy importante resaltar que todas las nuevas moléculas que tratamos de lanzar al mercado son innovaciones fruto del concepto de medicina personalizada. Es decir, todas son terapias dirigidas con biomarcadores bien definidos y con técnicas diagnósticas que permiten a los oncólogos identificar a priori qué pacientes van a beneficiarse más de esa terapia. Esto es lo que el sistema de salud, los oncólogos, los farmacéuticos pero, sobre todo, los pacientes, reclaman para asegurarse de que están recibiendo el mejor tratamiento posible para su enfermedad. Y de cara al sistema ofrece la ventaja de saber que se está dando la terapia correcta al perfil de paciente correcto. La política de aprobaciones del Ministerio está siendo bastante dura con los fármacos innovadores, por su precio. ¿Cuál ha sido hasta ahora la experiencia de Roche con las autoridades españolas en este sentido? En oncología, el desarrollo de los productos innovadores requiere mucho tiempo y muchísima inversión económica. La medicina personalizada precisa identificar biomarcadores y diseñar terapias diana. Detrás de todo ello haymultitud de fracasos previos antes de alcanzar el éxito y, repito, una gran inversión. Tenemos confianza en que las autoridades saben valorar que la compañía aporta tratamientos, que suponen grandes beneficios en tumores tan frecuentes como mama o tan necesitados de nuevas opciones como el cáncer de ovario o el melanoma. En todo caso y como el resto de compañías farmacéuticas del sector, esperamos que se tomen las medidas que favorezcan un escenario de estabilidad, que permita seguir innovando e incorporando terapias que marcan una diferencia real en patologías graves y prevalentes como las enfermedades oncológicas. ¿Dónde están encontrando más dificultad de acceso, en el Ministerio, las comunidades autónomas o en el último paso, en cada uno de los hospitales? La sanidad está transferida a las comunidades autónomas que deben asumir una creciente limitación presupuestaria. Por eso, ellas primero y los hospitales después, son conscientes de que, en la situación actual, el criterio económico debe tener un peso importante en las decisiones que adopten. Un peso que es mayor que hace cinco o diez años. La cuestión es si no corremos el riesgo de que el factor económico se esté convirtiendo en el primero a tener en cuenta, a la hora de restringir el uso de un fármaco ya aprobado o la entrada en el hospital de uno recién autorizado. Los propios oncólogos nos recuerdan que debe tenerse en cuenta su juicio clínico, que aportan a través de sociedades científicas o grupos cooperativos. También nos preocupa que se busquen soluciones a este problema, por ejemplo, a través de las alternativas terapéuticas equivalentes. No deberíamos admitir la equiparación de fármacos que tienen diferentes principios activos y que además han demostrado distinta eficacia, algo especialmente delicado cuando se trata de una patología oncológica. Por eso es necesario buscar nuevas vías de colaboración.